La euforia por la más que posible victoria (las encuestas le dan diez puntos de ventaja sobre el candidato republicano) no fue suficiente. El senador de Illinois no pudo evitar acordarse de su abuela Madelyn Dunham, fallecida justo unas horas antes tras perder la batalla contra el cáncer. En Florida, habló de ella y no pudo contener las lágrimas.