Los volúmenes estructurados en tejidos delicados y los colores pastel contrastaban con las mallas pegadísimas al cuerpo y las transparencias rígidas. Ana Botella, que asistió al desfile aplaudió como si le hubiera dado un síncope. Sin duda una colección extravagante y de las que se pueden enmarcar en la terna de los modernos, con David Delfín y Carlos Díez.