Y lo dijimos al principio. A Rourke hay que verlo dos veces y aquí está de nuevo. Y no es sólo porque el bisturí lo ha convertido en un amasijo de carne, es ese sentido de la estética... ¿Por qué se ha empeñado en comprarse ropa pequeña? Esa camisa que no le cierra, el chaleco que le queda justo... por no hablar de los brillos de su traje. ¿Y ese pelo? ¿Quién le ha dicho que no se lo lave? Una cosa es que el mal hacer de un cirujano te convierta en un monstruo y otra es que tú contribuyas a ello...