Porque luego pasa lo que pasa. Que de ángeles pasamos a demonios. No por tener los labios recauchutados somos más jóvenes. Ni siquiera lo parecemos. 'Las edades de Lulú' tuvieron su momento, cuando Francesca Neri tenía 26 años. Ahora con 44 debería tratar de aparentar lo que es... y no un pato, que al final es lo único que se consigue con tanta silicona en los labios.