En la actualidad, los urogallos habitan los bosques de roble en Asturias, los pinares y abedulares en León, y los acebales y hayedos en Cantabria, con una situación más crítica en el oriente que en el occidente. En los últimos cinco años, la especie está sufriendo un declive muy severo que ha supuesto la pérdida de un tercio del área de distribución de la especie en la Cordillera Cantábrica, que se suma a la pérdida de aproximadamente la mitad del área de asentamiento en las últimas dos décadas. Pincha aquí si quieres ver un vídeo del urogallo pavoneándose por el pueblo.