El urogallo cantábrico es uno de los símbolos más emblemáticos del bosque atlántico y un indicador del estado de conservación del mismo. Este peculiar visitante ha sido bautizado como 'Mansín'. Según ha explicado a la agencia Efe, el catedrático de Ecología de la Universidad de Oviedo, José Ramón Obeso, su llegada al pueblo puede deberse a la necesidad del ejemplar de exhibirse y buscar relaciones sociales entre los humanos, obligado por la ausencia de congéneres en su hábitat. Aunque esto es sólo una hipótesis. "Lo único que está claro es que este tipo de comportamientos no se da en poblaciones con un buen estado de salud, sino en especies en una situación de claro declive", ha subrayado.