Francesc Miralles defiende el lado didáctico de literatura de entretenimiento

Belgrado.-  El escritor español Francesc Miralles defendió hoy en Belgrado que la literatura de entretenimiento, un imán para muchos lectores, tiene además la misión de instruir o incitar a profundizar conocimientos.

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(EFE)

Francesc Miralles sostiene su libro "El cuarto reino". EFE/Archivo

"En la etapa en que nos encontramos actualmente, a la literatura de entretenimiento se le pide también (...) que abra la puerta a conocimientos, que el lector los encuentra en esa novela más ligera y que luego puede seguir por su cuenta hacia obras más ensayísticas para formarse", dijo Miralles.

El escritor catalán presentó hoy en la 54 edición de la Feria Internacional del Libro de Belgrado, la mayor del sureste de Europa, la traducción al serbio de su novela "Profecía 2013".

Los lectores serbios conocen ya al protagonista de ese "thriller", Leo Vidal, cuyas aventuras comenzaron el "El cuarto reino", novela traducida al serbio este año y que se ha vuelto popular en Serbia.

La casa editorial serbia "Mladinska knjiga", que publicó las dos novelas, anunció que también publicará la traducción de "La última respuesta", que Miralles escribió con Alex Rovira y ganadora del último Premio Ciudad de Torrevieja.

Miralles explicó que, en los tiempos modernos, en el siglo XX, la literatura de entretenimiento pasó por dos etapas diferentes: una que era sólo entretenimiento sin ninguna otra pretensión, como las novelas de Ian Fleming sobre James Bond.

"Era como un subgénero en el cual lo único que estaba justificado era que la trama fuera rápida, que pasaran muchas cosas, y que fuera muy entretenido", dijo.

Una nueva etapa de la literatura de superventas empezó a abrirse en 1980 y 1990, cuando aparecen autores que no sólo consideran importante que el lector se entretenga sino que después de terminar la lectura "haya aprendido algo".

Esos escritores mezclan "ingredientes típicos que son un aventura rápida, una amenaza constante, quizás una historia de amor, pero con algún tema de fondo que fuera interesante para los lectores", ya fuera histórico o de otro tipo.

Miralles mencionó como representante "muy, muy digno" de esa literatura a Ken Follett y su "Los pilares de la tierra", "obra muy ambiciosa y muy difícil de llevar a cabo", que se podría poner a la altura de una novela como "El nombre de la rosa", de Umberto Eco, consideró.

También mencionó a Dan Brown y su "Código da Vinci", con el que "millones de personas de repente se enteran de en qué condiciones se pintó la Mona Lisa, la Gioconda, qué es el número pi, cuestiones de la Biblia, del génesis".