Medio Ambiente concluye que no hubo vertido anormal en el río Besaya, sino exceso de carbonato

Santander.-  Los análisis realizados la semana pasada en el río Besaya, tras denunciarse la existencia de un vertido, indican que la espuma aparecida provenía de un problema de dosificación del carbonato cálcico que utiliza la nueva depuradora de Sniace, pero no de "ningún vertido anormal".

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(EFE)

El secretario del consejo de administración de Sniace, Miguel Gómez de Liaño y Botella, al inicio del jucio el pasado mes de mayo en la Audiencia de Cantabria, por los vertidos contaminantes no autorizados que realizó la empresa al río Besaya en 2006. EFE/Archivo

Aun así, el consejero de Medio Ambiente, Francisco Martín, al dar a conocer el resultado de estos análisis, ha señalado que se van a abrir diligencias informativas a Sniace que, posiblemente, acaben en un expediente sancionador.

Pero ha insistido en que en la cuenca del Besaya no se ha producido "ningún vertido anormal" y ha negado la presencia de lejías bisulfíticas.

"Los resultados muestran que no se ha producido ningún vertido anormal, que no sea característico del proceso industrial de Sniace", ha aseverado el consejero de Medio Ambiente.

Martín ha indicado, en rueda de prensa, que los análisis realizados por el Centro de Investigación del Medio Ambiente (CIMA), dependiente de su departamento, apoyan así, en principio, la explicación dada por Sniace de que se produjo un "error" en la dosificación del carbonato cálcico que se utiliza para la regulación del grado de acidez del agua.

De hecho, ha precisado que los análisis obtenidos de la recogida del agua y del sistema de detección que Medio Ambiente tiene en el río, han reflejado que a primera hora de la mañana el pH del agua comenzó a incrementar su acidez hasta llegar al 3,91 en el canal condal, pero a las 11.00 horas "ya se había corregido".

Según Francisco Martín, este cambio de la acidez se debió a la cantidad de carbonato cálcico que se utiliza como "tanponamiento" en los procesos productivos de Sniace, en este caso el que se utiliza para su nueva depuradora.

Posteriormente, cuando la empresa se dio cuenta de esta situación, incrementó la cantidad de carbonato cálcico y fue entonces, según el consejero, cuando se formaron espumas, debido al mismo fenómeno que se produce cuando se echa bicarbonato en un vaso de agua, ha explicado.

Y así, ha asegurado que lo reflejan los ensayos en laboratorio, que ha hecho el CIMA para conocer cómo se pudo producir esta situación.

A pesar de esto, Martín ha señalado que la Consejería ha exigido a Sniace que tenga "un cuidado especial" con estas pruebas que se está llevando a cabo para poner en marcha su depuradora, que ha recordado que ha supuesto para la empresa química una importante inversión de casi 25 millones de euros y que ha opinado que en un mes estará a pleno funcionamiento.

Pero ha añadido que también se va a hacer "un esfuerzo especial de control" de la actividad de Sniace, aunque ha insistido en que ahora se encuentra en un "momento delicado" al ultimar su proceso de depuración, con la puesta en marcha de esta nueva instalación.

Este control se realizará, según ha precisado, llevando el sistema de control en tiempo real que tiene la Consejería a la zona donde está ubicada la depuradora, además de aumentar el tiempo en el que funciona este sistema.

Martín ha comprendido la reacción de los vecinos al comprobar la aparición de espumas en el cauce del río Besaya, sobre todo después de los 30 años en los que llevan "sufriendo el precio del desarrollo industrial", pero ha pedido "mesura" y un "poco de paciencia", porque ha asegurado que no ha existido "mortandad" de fauna ni se ha observado decaimiento de la flora.

Tras aclarar que no se ha informado antes de esta situación porque se estaba a la espera de los análisis que se han finalizado ayer, el consejero de Medio Ambiente ha comparado este caso "esporádico" con los vertidos que había "día a día" en la cuenca del Besaya.

Y ha considerado que las Autorizaciones Ambientales Integradas han sido el "hito" para controlar la contaminación, tanto en el agua como en el aire, aunque ha señalado que ahora las empresas se encuentran en la situación "más delicada" porque deben tener antes del 31 de diciembre de este año adaptados todos sus sistemas a esta normativa.