Rotundidad del rejoneador Cartagena, cuatro orejas, a hombros junto a Hermoso en Salamanca

Salamanca.-  El rejoneador Andy Cartagena fue el gran triunfador del último festejo de la Feria de Salamanca, celebrado hoy, en el que desorejó por partida doble a los dos toros de su lote, saliendo a hombros junto a Pablo Hermoso de Mendoza, que paseó el doble trofeo de su primero.

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(EFE)

El rejoneador Andy Cartajena frente a uno de sus toros durante la corrida correspondiente al octavo y último festejo de la Feria de Salamanca.

Se lidiaron toros de "Los Espartales", correctos de presentación y manejables en conjunto.

Joao Moura, silencio y silencio.

Pablo Hermoso de Mendoza, dos orejas y ovación.

Andy Cartagena, dos orejas y dos orejas.

La tarde se llenó en tarde de temperatura fresca.

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CARTAGENA, LA LOCURA

Moura anduvo técnicamente impecable con su buen primero, al que dio una lidia valiente y sobria, sobre todo en los galopes a dos pistas. Con las banderillas estuvo bien. Pero mal, muy mal, en la suerte suprema.

El cuarto colaboró menos, más pendiente de las tablas y frenándose mucho. Volvió Moura a mostrar oficio y tesón, en una labor que tuvo algunos momentos de cierta enjundia pero sin redondear. Además de nuevo anduvo mal a la hora de matar.

Hermoso tuvo que ir haciendo poco a poco a su primero, toro aquerenciado de salida, pero al que poco a poco fue encelando en las cabalgaduras para destacar sobremanera en los galopes a dos pistas y en un importante tercio de banderillas. Faena de menos a más, que tuvo los momentos más rotundos montando a "Ícaro". Mató a la primera y cortó las dos orejas.

Pudo haber cortado Hermoso algún trofeo en el quinto si llega a matar bien. La faena tuvo también de todo: elegancia, maestría, valor y mucho temple. Muy bien Hermoso con todos sus caballos, pero sobre todo con "Tiziano" y "Pirata". Aunque, ya está dicho, lo emborronó todo en el último tercio.

Cartagena realizó una vibrante y espectacular faena frente al tercero, toro colaborador, con el que el jinete dio una importante dimensión tanto suya, con un magnífico sentido de la doma, como de sus caballos, arrogantes y valientes. Muy emotivos los cambios de ritmo de pitón a pitón, los galopes de costado, quiebros y un epílogo con las cortas "al violín" de mucha enjundia. Acertó con el rejón final y paseó el doble trofeo.

Pero todavía se guardaba Cartagena un as en la manga para el sexto: su caballo "Pericalvo", gran protagonista en esta faena y en la tarde por sus "bailes" en los cites, extraordinario arrojo en los encuentros, llegando mucho, su enorme flexibilidad en quiebros y cambios de ritmo de un pitón a otro, y la prestancia en la salida de la suerte. Una especie de no va más.

De nuevo el rejón de muerte fue gran aliado y completó su actuación con otras dos orejas.