Los sindicatos abogan por adelantar el horario laboral para evitar golpes de calor

Alicante.-  Un cambio horario en el inicio de la jornada laboral durante la temporada estival permitiría evitar o reducir los "golpes de calor" en el trabajo o el aún desconocido "estrés térmico", dos situaciones que están detrás del fallecimiento de personas que trabajan al sol o bajo altas temperaturas.

ampliar foto

(EFE)

Un trabajador se recupera de un golpe de calor. EFE/Archivo

Esta propuesta, que no es nueva, es elevada todos los años por los sindicatos, especialmente cuando se producen estos casos, el último en Jaén donde un operario falleció mientras instalaba placas solares, mientras que en Alicante un trabajador de la construcción ingresó en estado de coma cuando desarrollaba su labor diaria.

El cambio en la jornada laboral es una propuesta que "cada año" los sindicatos plantean a la patronal en la "renovación del convenio provincial", aunque "sin éxito hasta el momento".

No obstante, algunas empresas de madera o de almacén de material de construcción han adelantado voluntariamente la hora de inicio de la jornada en verano", según ha indicado a EFE el representante de la Federación de Construcción, Madera y Afines (FECOMA) de Comisiones Obreras Javier Alandes.

A su juicio, un horario adaptado al calor podría ser de 07,00 a 15,00 horas, lo que permitiría que los trabajadores realizasen su trabajo en mejores condiciones, "un beneficio que repercute también en la productividad".

Este horario intensivo, que evitaría las horas de más calor y las de después de comer, sería beneficioso para las personas que trabajan "a pleno sol" o con altas temperaturas, como los empleados del asfaltado de carreteras, jardineros o empleados de canteras de extracción de minerales.

Asimismo, desde UGT, sindicato que también trabaja para "adaptar los convenios colectivos" a las horas de menos calor, se afirma que cuando se trabaja a la intemperie y con los elementos de seguridad que exige la ley, "se acumula calor por todos los lados".

La carga de calor que los trabajadores reciben y acumulan en su cuerpo se denomina "estrés térmico" y "resulta de la interacción entre las condiciones ambientales del lugar donde trabajan, la actividad física que realizan y la ropa que llevan".

Así lo define el Ministerio de Trabajo e Inmigración en el documento "Calor y Trabajo. Prevención de riesgos laborales debidos al estrés térmico por calor", donde se recomienda, entre otras cuestiones, fomentar el uso de pantalones largos y camisas de manga larga" en los trabajos al aire libre en verano, así como el uso de sombreros de "ala ancha".

El documento elaborado por el Ministerio señala que el cuerpo humano necesita mantener invariable la temperatura de su interior alrededor de los 37 grados centígrados para funcionar con normalidad, por lo que cuando la temperatura central del cuerpo supera los 38 grados "se pueden producir daños a la salud y, a partir de los 40'5 grados, la muerte".

El estrés térmico favorece la aparición de accidentes de trabajo, agravan dolencias previas, con especial incidencia en personas con enfermedades cardiovasculares, respiratorias, gastrointestinales o diabetes, entre otros, y produce las llamadas "enfermedades relacionadas con el calor".

Así, el "golpe de calor" se caracteriza por "taquicardias, respiración rápida y débil, tensión arterial elevada o baja, disminución de la sudación, irritabilidad, confusión y desmayo" así como por "alteraciones del sistema nervioso central", "piel caliente y seca, con cese de sudoración" y una "temperatura rectal que puede superar los 40'5 grados centígrados".