Disfruta de la tranquila, bohemia y pequeña Venecia americana

LOS ÁNGELES (EEUU).-  Venice Beach es uno de esos sitios que cualquier viajero que venga a Los Ángeles debe subrayar con fosforito en su itinerario. Como ya hemos comentado otras veces en Vida Urbana, ésta no es una ciudad precisamente bonita. Es más, mucha gente no duda en calificarla de fea. Sin embargo, perdidos entre su inmensa extensión (el área metropolitana de L.A, en la que viven 13 millones de habitantes, es la segunda más grande del país, después de Nueva York), se encuentran algunos de los rincones con más encanto de California. Uno de ellos es la zona de los canales de Venice Beach o 'Pequeña Venecia americana'.

B.G

Es uno de los barrios más carismáticos.

A sólo un par de bloques del paseo marítimo de Venice Beach, uno de los barrios costeros más populares de Los Ángeles, encontrarás esta pequeña recreación de Venecia. Lejos de ser la típica horterada o excentricidad de millonario —fue construido por el rico empresario tabacalero Abbot Kinney en 1905— 'La pequeña Venecia americana' es uno de los barrios más tranquilos, bonitos y carismáticos de la ciudad. Y lo que es mejor: no está lleno de turistas.

Quizá la ausencia de viajeros —se concentran todos en los alrededores de la playa— se deba a que por aquí no encontrarás ni una sola tienda o restaurante. Sólo verás casitas que se alinean alrededor de los canales ofreciendo una vista espectacular, sobre todo si la pillas al atardecer. Tampoco divisarás durante tu paseo ningún coche y esto, creéme, es un verdadero milagro en una ciudad como Los Ángeles. La mayoría de las casas de esta zona no tienen garaje y los vecinos están obligados a aparcar fuera de la zona de los canales por lo que el barrio se convierte en un oasis peatonal en el que nada perturba la tranquilidad. Un lugar perfecto para darte un paseo y sacar algunas fotos.

En los 60 y 70, 'La pequeña Venecia americana' era el barrio más bohemio de Venice Beach, donde todavía hoy se concentran gran parte de los artistas, homeless y hippies de la ciudad. Por aquel entonces, en los jardines de las casas, eran habituales las pot parties (fiestas de marihuana) y los artistas más vanguardistas se reunían para fumar y celebrar que estaban en un lugar idóneo para crear. Jim Morrison era uno de los asiduos de la zona, en sus años de estudiante de cine en UCLA.

Hoy poco queda de ese espíritu artístico y, como suele ocurrir con los barrios bohemios de casi todas las ciudades, la clase más adinerada es la que vive ahora entre canales. Sin embargo, aunque los vecinos del barrio son claramente de clase alta —los alquileres y la compra están por las nubes— las casas no son tan ostentosas como en Beverly Hills o Malibú y la zona conserva un cierto toque hippie.

B.G

Los alquileres y la compra por las nubes.

Algunos consejos prácticos

El paseo por los canales dura más o menos una hora y media. Aunque por el barrio no encontrarás ningún restaurante o cafetería, estás muy cerca andando del paseo marítimo, que está plagado de tiendas y sitios para comer. Es recomendable que te desvíes un poquito (15 minutos andando) y vayas a Main Street, una de las calles que une Santa Mónica con Venice. Aquí los restaurantes son más pequeños, tienen menos gente y la comida es mucho mejor que la de los típicos sitios de la playa. En el Library Alehouse (2911 Main St) encontrarás un buen menú y gran variedad de cervezas.

Aparcar suele ser tarea difícil en las inmediaciones de los canales y la playa y, además, es bastante caro ($7). Si no tienes más remedio que llevar el coche, intenta dejarlo en uno de los aparcamientos públicos. Si están llenos lo mejor es probar a unos cuatro o cinco bloques de la playa y cruzar los dedos.

Pero si tienes tiempo, lo mejor es que dejes el coche en uno de los aparcamientos que hay alrededor de Third Street Promenade en Santa Mónica y alquiles una bici en el paseo marítimo. (Hay carril bici desde la playa de Santa Mónica hasta la playa de Venice y se tarda unos quince minutos.) El trayecto es precioso y mientras pedaleas vas viendo palmeras, el mar y las típicas casitas de vigilantes de la playa. Una vez que llegas a los canales, puedes pasar con la bici o dejarla fuera.