La visibilidad que ETA necesitaba 50 años después

Los atentados de Mallorca y Burgos son precisamente las gotas de agua en mitad del desierto que ETA necesitaba. Golpe tras golpe, detención tras detención, la banda terrorista estaba pasando los peores momentos de su historia y, lo que era peor, su gente lo sabía. Para sobrevivir, la única salida era demostrar su capacidad para seguir matando. Y hacerlo con atentados que levantaran ampollas en la opinión pública, su teoría, plasmada en papeles internos, de "la extensión del sufrimiento". Tenían que ser atentados duros y necesariamente con víctimas. Eso de poner bombas y avisar antes se ha acabado. Lo sabían los especialistas anti ETA y no se han equivocado.

(Reuters)

Turistas observan el coche del atentado en llamas.

Además, tenían que hacerlo con motivo de la festividad de San Ignacio de Loyola, el 31 de julio, día en el que este año se cumple el 50 aniversario de la creación de la banda.

Campaña de verano

ETA planifica siempre con mucho tiempo de antelación lo que curiosamente denominan la campaña de verano. Establecen planes para que en el momento de máximo relax de los españoles, sus atentados tengan un mayor efecto psicológico sobre la población. A su comisión destina un número importante de terroristas y colaboradores. La mayor parte de ellos no deben estar fichados, pues necesitan poder moverse por las ciudades españolas con cierta libertad, como simples turistas, sin que su identidad haga saltar la alarma en ningún control policial habitual.

Y cuando decimos que deben estar limpios es absolutamente limpios. Por ejemplo, los fichados por participar en disturbios de la Kale Borroka, aunque no se les haya vinculado directamente con ETA, no sirven.

La campaña de verano y sus bodas de oro —por llamarlas de alguna forma— les han llevado a cometer la osadía del atentado en Mallorca, que ha costado la vida a dos guardias civiles. Exactamente, llevaban 18 años —también otro 30 de julio— sin poner bombas en las islas. Básicamente porque al ser una comunidad cerrada por el agua, las posibilidades de ser descubiertos crecen proporcionalmente. Habitualmente, la dificultad para pillarles después de un atentado estriba en esa hora, quizás algo más, en que pueden tardar en montarse las medidas de cierre de carreteras, trenes y aeropuertos.

Siguen en Mallorca

Pero, en Mallorca, la estrategia de los terroristas será distinta. Seguro que disponen de una casa operativa alquilada desde hace bastante tiempo —como miles de turistas—, por el elemento del comando con la hoja de servicios más limpia. Ahora, los etarras estarán encerrados en la vivienda esperando a que la lluvia escampe. Dado que las calles españolas han sido invadidas por cámaras de seguridad, no pueden tener la certeza de que no les hayan grabado, por lo que esperarán un tiempo antes de abandonar la isla. Eso, si no les pillan antes, lo que sería un éxito descomunal.

Además, atentar en Mallorca les da mucha más publicidad que el coche bomba de ayer contra la Casa Cuartel en Burgos. Ellos esperaban, según las fuerzas de seguridad, que ayer hubiera habido un elevado número de muertos. Lo que hoy habrían rematado con un atentado sólo unos días antes de que Mallorca fuese declarada capital veraniega de España con la llegada de los Reyes.

No obstante, dos atentados salvajes en dos días puede llevarnos a conclusiones erróneas. Medios antiterroristas apuntan que ETA ha demostrado que puede seguir matando. Quizá mañana, quizá dentro de una semana, podría intentar atentar en otra costa y, señalan, "por qué no en Madrid, donde todo adquiere una mayor dimensión".

Está claro que lo pueden hacer, porque en lo que se refiere a la campaña de verano han conseguido aislar la toma de decisiones para que los infiltrados y las detenciones no pudieran hacerlo fracasar. Pero también es verdad que el efecto de tantos y tan contundentes golpes contra su cúpula y su estructura les ha dejado muy mermados operativamente, aunque ahora no lo parezca. Pueden seguir asesinando para demostrar que necesariamente algún Gobierno tendrá que volver a negociar con ellos, pero las Policías seguirán deteniéndoles antes o después.

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