Uruguay presidirá el Mercosur con crisis global y mochila electoral a cuesta

Asunción.-  Uruguay asumió hoy la presidencia semestral del Mercosur con el mandato de revitalizar el proceso de integración, desafío que puede verse postergado por las urgencias que impone la crisis global a los socios del bloque y la agenda política interna, signada este semestre por comicios presidenciales.

El mandatario uruguayo, Tabaré Vázquez, ocupará por última vez la titularidad del Mercado Común del Sur (Mercosur), integrado, además, por Argentina, Brasil y Paraguay, y con Venezuela en proceso de adhesión al bloque, que hoy clausuró su XXXVII cumbre en Asunción.

"El Mercosur es un proceso que debe ir más lejos", afirmó Vázquez al recibir la presidencia temporal de manos de Paraguay, que en los últimos seis meses no logró impulsar consensos entre los socios del bloque para concretar objetivos fundamentales para la integración.

Descrédito, desencanto, pérdida de relevancia, retroceso y hasta falta de solidaridad fueron algunas de las palabras que resonaron en la mesa de debate de las tres jornadas de reuniones de alto nivel que concluyeron hoy en la capital paraguaya.

Las críticas cruzadas, especialmente las lanzadas por Paraguay y Uruguay -las economías menores del bloque- y las duras repuestas de Argentina y Brasil dejaron en evidencia que la unión creada en 1991 está aún muy lejos de concretar sus objetivos fundacionales.

"Yo no pretendo hacer del Mercosur un hospital, pero reivindico la necesidad de asumir clínicamente la realidad de nuestro proceso de integración", señaló Vázquez, oncólogo de profesión.

Pero esta tarea clínica, reconoció, "excede ampliamente los tiempos de una presidencia pro-témpore".

Aún así, Montevideo fijó como objetivos para lo que resta del año trabajar "duramente" para avanzar en la eliminación del doble cobro del arancel externo común.

También buscará reglamentar las restricciones no arancelarias que se aplican al interno del bloque y que Vázquez califico como una "patología" a superar.

De hecho en la cumbre, Paraguay y Uruguay alzaron su voz contra restricciones al comercio aplicadas por Argentina y Brasil, como cupos a las importaciones y licencias no automáticas, que Buenos Aires y Brasilia defendieron como medidas "legítimas" para protegerse de la ofensiva de países como China en un contexto de crisis global.

Vázquez señaló que "nadie ignora el estado del Mercosur y cuál es el contexto mundial de crisis en el que se ubica, una realidad con la que de nada sirve pelearse".

Uruguay también pretende que se establezcan disciplinas comunes para las políticas públicas de incentivos, como los beneficios impositivos en aliento a la producción que conceden Argentina y Brasil y que, según sus socios, desvían inversiones hacia esos países.

Vázquez también prometio buscar un acercamiento con el Sistema de Integración Centroamericano y retomar las estancadas negociaciones con la Unión Europea para un acuerdo de asociación política y comercial.

Otra cuestión pendiente es la adhesión plena de Venezuela al bloque, iniciada hace tres años y que aún debe ser convalidada por los Parlamentos de Paraguay y Brasil.

Los socios también deberán llegar a un acuerdo en este semestre por el criterio de representatividad que tendrá el Parlamento del Mercosur desde 2011, cuando sus miembros sean escogidos por el voto popular, además de definir sobre la creación de un Tribunal de Justicia del bloque, propuesta por Paraguay y que Argentina y Uruguay rechazan.

Una gran incógnita es cuánto avanzarán estos temas con un Gobierno a cargo de la presidencia semestral del bloque con todos sus cañones apuntando a revalidar al oficialista Frente Amplio en los comicios generales del próximo 25 de octubre.

A esas elecciones el Frente Amplio llevará como candidato presidencial a José Mujica, cuyo compañero de fórmula es el ex ministro de economía Danilo Astori, un cuestionador de los limitados beneficios que el proceso de integración le dio a su país.

El principal rival del oficialismo es Luis Alberto Lacalle (Partido Nacional), que presidió Uruguay entre 1990 y 1995, y fue uno de los signatarios del Tratado de Asunción, que creó el Mercosur en 1991, pese a lo cual últimamente también ha criticado el funcionamiento del bloque.