En el cuento de los tres cerditos, el más pequeño de ellos, quizá despistado aún por su juventud, construyó la primera casa que el lobo derribó: la de paja. Ahora un equipo de científicos quiere darle la razón que el feroz animal le quitó y pasará el verano construyendo una casa de paja, eso sí, llena de sensores que medirán las condiciones de humedad o temperatura, con la ambiciosa idea en mente de que este material podría ser la base de futuras viviendas más sostenibles.
Los investigadores Pete Walker y Katharine Beadle con una bala de paja.
Fardos de paja como ladrillos, paneles de madera y cáñamo, y fibras de la planta del cannabis como revestimiento. Frente a los desafíos que supone el cambio climático y el aumento de temperaturas, bienvenidos a la casa BaleHaus. Inspirada en la tradición constructiva más antigua, esta vivienda de dos pisos que acaba de comenzar a construirse en el Campus de la Universidad de Bath, al suroeste de Inglaterra, nace con el objetivo de probar la viabilidad de una nueva manera de construir más respetuosa con el medio ambiente.
"Pese a que ha sido utilizada en la construcción durante siglos, la paja no ha sido vista como un material de construcción creíble por gran parte de la industria", explica Pete Walker, director del BRE Centre for Innovative Construction Materials de la Universidad de Bath y responsable del proyecto. Desde hace varios años, Walker y su equipo trabajan en el desarrollo de nuevas formas de utilizar la madera y ciertos materiales de cultivo como el cáñamo, los composites de fibras naturales y los fardos de paja en el área de la construcción. Y ha llegado la hora de entrar en acción.
BaleHaus, así es como han llamado a la casa piloto, está formada por paneles prefabricados de unos 450 milímetros de espesor constituidos por un marco de madera relleno con balas de paja o cáñamo y sellado con cal. Al tratarse de materiales de origen vegetal, "puede programarse su crecimiento por lo que son totalmente sostenibles y renovables. Además, pueden cultivarse a nivel local en el mismo lugar de la construcción, lo que ahorra transporte; y como consumen CO2 durante el crecimiento de la planta, los edificios así construidos pueden considerarse ambientalmente amigables ('enviromentaly friendly')", afirma Walker. Según los directores del proyecto, la industria de la construcción contribuye en un 19% a la huella ecológica del Reino Unido.
Pero la parte más importante de este tipo de arquitectura vegetal son las propiedades aislantes, principalmente de la paja, que hacen que apenas sea necesaria calefacción adicional, lo que repercute nuevamente sobre las emisiones de CO2. Aunque la paja se ha utilizado desde tiempos inmemoriales como aglutinante, mezclada con barro para las fachadas, y como material de cobertura, los miles de pequeños tubos rellenos de aire que conforman su estructura constituyen una excelente capacidad aislante. Pero para comprobar hasta que punto resulta una opción viable en la lluviosa Inglaterra, los científicos están introduciendo sensores en las paredes para monitorizar la temperatura y la humedad. "Asimismo, utilizamos ciertas herramientas tecnológicas para simular los niveles de calor y la humedad que generamos las personas y cuando acabemos la construcción a finales del verano, haremos pruebas durante un año para determinar las propiedades aislantes, los niveles de humedad, la hermeticidad y las propiedades acústicas de los paneles", explica Katherine Beadle, miembro del equipo de BaleHaus.
"El desafío de la construcción de viviendas con cero emisiones al que se enfrenta la industria no va a ser resuelto con diseños y materiales convencionales", afirma Craig White, director de WhiteDesign and ModCell, uno de las empresas socias que participan en la construcción de la casa vegetal. "Fabricada con materiales naturales que son hermosos, asequibles y sostenibles, BaleHaus es un hogar vivo y ventilado, fresco en verano y cálido en invierno, que ayuda a las familias a reducir su huella de CO2 sin comprometer la forma en la que han elegido vivir su vida y establece un nuevo y muy diferente marco de referencia para la ordenación sostenible de los hogares en el siglo XXI", defiende White. Un retorno a la construcción del pasado para afrontar un incierto futuro.
Webcam para que se pueda ver el proceso de construcción, "strawcam", que emitirá a partir de hoy.
(*) Eugenia Angulo es periodista especializada y trabaja en la empresa de divulgación científica Divulga.
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