Rubén Pinar, imparable, a hombros también en Pamplona

Pamplona.-  El diestro Rubén Pinar prosigue con su racha de triunfos, imparable, sobre todo en plazas importantes, hoy con dos orejas y salida a hombros, en una emotiva corrida, marcada por el recuerdo del mozo fallecido por la mañana en el encierro, y en la que "El Fandi" cortó también una oreja.

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(EFE)

El diestro Ruben Pinar salió a hombros por la puerta grande del coso pamplonés despues de cortar una oreja a cada uno de los Jandilla que le tocó en suerte durante la celebración del festejo taurino correspondiente a la feria de abono de los Sanfermines 2009.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Jandilla, aceptablemente presentados, lo que quiere decir escasos para una feria que llaman la "del Toro", mansos y sin clase. Sólo se salvó el sexto.

David Fandila "El Fandi": estocada baja y descabello (oreja tras aviso); y bajonazo y descabello (ovación).

Matías Tejela: estocada casi entera y dos descabellos (silencio); y estocada desprendida (ovación tras petición).

Rubén Pinar: estocada (oreja); y pinchazo y estocada arriba con vómito (oreja).

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del mozo Daniel Jimeno Romero, muerto en el encierro de la mañana.

La plaza se llenó en tarde agradable.

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LUTO Y TRIUNFO

Paseíllo sin música por el luctuoso suceso de la mañana. Y antes de romper filas, estremecedor minuto de silencio, interpretado en toque de corneta por una de las peñas. El aire rasgado por el dolor, con la plaza en pie, conmovida. Sobrecogedor silencio por la muerte que paradójicamente alimenta el sentido de esta "Fiesta", de riesgo y pasión.

Pasión como la que despierta el jovencísimo Rubén Pinar, con sólo dieciocho años y cuando todavía no lleva una temporada completa como matador de alternativa.

Fue primero en Valencia por "Fallas", después Madrid en el "Aniversario" y ahora los "sanfermines" de Pamplona, además de haber estado ya este año dos veces en Alicante, a principio de temporada y en la Feria de Hogueras, asimismo con sendos "portazos". A ver quién lo mejora. Pinar triunfa a lo grande, y, algo muy importante, también convence.

Es verdad que hoy le acompañó la suerte, pues contó con el lote en conjunto más potable. La suerte de los campeones.

Su primero no fue bueno del todo, pero "se dejó". Lances a pies juntos, con el toro "apretando" por ambos pitones. Mal estilo en el caballo, tirando cornadas y dando cabezazos al peto antes de salir suelto. En la muleta, de más a menos. Empezó tomándola con cierta franqueza. Las dos primeras series a derechas tuvieron importancia. Pero por el izquierdo, entre que "hacía hilo" al final del pase y le fallaban las fuerzas, aquello no tuvo tanta trascendencia. Resolvió Pinar el final de faena con un proyecto de parón, estatuarios y desplante. Buena estocada, y oreja.

En el sexto cuajó Pinar lo más notable de la tarde y de lo que va de feria. Un toro bueno, vaya por delante. Y una faena con mucho ritmo y unidad, con temple y suma limpieza.

Series de muletazos muy profundos, el engaño siempre por abajo, muy ajustados y largos los pases, muy encajada la figura, con mucha disposición y mando. Lo más trascendente fue a derechas, aunque también dijo lo suyo en una tanda al natural. Por cruzarse un pinchazo antes de la estocada cortó sólo una oreja, cuando había sido notablemente de dos.

El toro primero de la tarde, "Capuchino", el causante de la tragedia en el encierro, fue recibido con una fuerte pitada. No fue franco en el capote del "Fandi", que, no obstante, entró en un quite por airosas chicuelinas. Con las banderillas, su acostumbrada seguridad. Brindis al cielo con un leve gesto. Y faena de muleta con mucha suficiencia a pesar de que el toro no humillaba. Las coladas por el pitón derecho, las resolvió el hombre con habilidad. Se desplazaba mejor por el izquierdo, por donde los muletazos tuvieron más enjundia.

La faena pareció insuficiente. La estocada cayó baja, y todavía necesitó de un descabello, pero en Pamplona la muerte rápida casi siempre tiene premio. Le dieron una oreja.

En el cuarto no pasó nada. En todo caso, otra vez el espectáculo de las banderillas. Mas la mansedumbre, el mal estilo del toro, con la cara arriba y cortando por los dos pitones, frustró las ganas del "Fandi".

El primero de Tejela tampoco dejó desahogos. Toro además que se desfondó pronto. Había lanzado por los aires a Pinar en un intento de quite que no pasaría del primer lance. Tejela brindó también a la memoria del joven fallecido, alzando la montera en forma de plegaria. En lo poco que duró el toro, no terminó de entregarse. Los pases, espaciados e inacabados la mayoría. Se impuso la mala condición del "jandilla".

Y no se entiende cómo no hubo premio para Teleja en el quinto, al que cuajó una bonita y bien conjuntada faena. Y eso que el toro colaboró poco, pensándoselo entre pases. Quizás por el efecto de la merienda, que a esas alturas de corrida todavía está en su apogeo. El caso es que no hubo pañuelos suficientes en la petición de oreja. Tejela había toreado con verdad y con acierto.

Al final queda el sobrecogedor silencio por la memoria del mozo muerto en las astas de un toro. Y el impacto por el triunfo de Rubén Pinar, el último gran valor al alza del toreo.