El freno a la justicia universal, visto desde Israel y Palestina

Aunque a estas alturas de partido parecía cosa imposible, PSOE y PP se pusieron de acuerdo para una cosa. ¿Una salida coordinada a la crisis económica? Ni mucho menos. El motivo del acuerdo fue limitar el alcance de la justicia universal, lo que se traduce en que las querellas de muchos países por presuntos crímenes contra la humanidad encontrarán cerradas las puertas de la Audiencia Nacional.

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Un niño palestino, al frente de una marcha.

Una de estas querellas trataba sobre los bombardeos cometidos por Israel la medianoche del 22 de Julio de 2002 y que costaron la vida a un miembro de Hamás, a su guardaespaldas y a 14 civiles palestinos (entre los que se contaban ocho niños). Pues bien, la sala de lo penal de la Audiencia Nacional acordó archivar definitivamente esta causa.

Si, como se ha dicho, parecía cosa imposible que los grandes partidos políticos españoles alcanzaran un acuerdo, hemos encontrado una cosa que, en apariencia, podría parecer una tarea aún más compleja: una asociación palestina y otra israelí coinciden al criticar la decisión del tribunal español.

La visión desde Palestina

Haidar Eid es miembro de la Asociación de Profesores Universitarios de Palestina. "La comunidad internacional es responsable de lo que ocurre en Palestina por su silencio cómplice. O más aún, el silencio ha dejado lugar a la participación directa. Y es que limitar la jurisdicción universal es una forma de participar directamente en los crímenes contra la humanidad", nos dice Haidar Eid desde Gaza.

Este profesor de Estudios Sociales y Culturales en la Universidad de Al Aqsa de Gaza habla de forma tajante cuando se refiere a la decisión de PSOE y PP: "Los israelíes están cada vez más a la derecha. Más del 94% estaba de acuerdo con la matanza de Gaza del pasado mes de enero. En otras palabras, Israel se está 'nazificando'. De esta forma, deben estar satisfechos con la decisión española", asegura.

Es muy llamativo cómo, durante la conversación, Haidar Eid no deja ni por un instante de arrojar preguntas: "Si Gaza estuviera en un país europeo, ¿serían nuestras vidas más valiosas para los tribunales españoles? ¿Has visto esas camisetas que se venden en el ejército israelí en las que una mujer palestina embarazada aparece enmarcada por la mirilla de una pistola y con la inscripción 'Dos en uno'? ¿No es esto el fruto de un régimen racista?".

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Mujeres en una manifestación celebrada en Gaza para pedir la liberación de presos palestinos.

Tal vez esta retahíla de preguntas nazca de la sensación de desamparo que, según él, se vive en Palestina: "Es un genocidio a cámara lenta". De hecho, ilustra esta afirmación con una descripción de cómo es el día a día de los territorios ocupados: "La vida en Gaza es como una prisión al aire libre, como un campo de concentración, como un enorme campo de refugiados y con un 70% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza. Los libros no pueden entrar en la Franja e incluso hay 700 personas con enfermedades graves que necesitan tratamiento urgente en el extranjero y no pueden salir de la región por el cierre de las fronteras", nos dice.

La visión desde Israel

Lo cierto es que, aunque pueda resultar sorprendente, también hay asociaciones israelíes que han manifestado su descontento con las decisiones de la justicia española. Es el caso del Comité Israelí Contra la Demolición de Casas (ICAHD). ¿A qué se dedica una organización con semejante nombre? Jeff Halper, su director, nos lo explica: "Nuestra organización ha escogido como foco de resistencia contra la ocupación de los territorios palestinos la demolición de casas. Y es que desde 1967 Israel ha derrumbado más de 24.000 hogares palestinos —sin ninguna justificación basada en la seguridad— y aún hay decenas de miles que están en el punto de mira y pueden ser derribadas en cualquier momento".

Trabajar en aras del fin de la ocupación desde Israel no es una tarea fácil. Sin embargo, también tiene sus ventajas: "Los miembros de nuestra organización son arrestados con frecuencia, pero como judíos gozamos de una posición de privilegio y no somos encarcelados. Si, por el contrario, un palestino decidiera bloquear la acción de un 'bulldozer', seguramente le pegarían un tiro", asegura Jeff Halper, quien reconoce que "el hecho de que palestinos e israelíes podamos resistiendo juntos a la ocupación es una prueba de que podríamos vivir juntos y en paz".

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Muro de separación que Israel ha erigido en Cisjordania.

¿Y qué piensa este activista sobre la justicia española? "España es un país hacia el que miraban tanto los defensores de los derechos humanos como las propias víctimas de la opresión [y es cierto que a políticos y juristas siempre les ha gustado sacar pecho por ello]. Era uno de los pocos estados que se tomaban la justicia universal como algo serio. Pero al final los estados, desgraciadamente, acaban preocupándose más por la política que por las personas. Y el resultado es que ahora hemos perdido a España también", asegura.

Una de las gracias que tenía el principio de la justicia universal es que permitía brindar protección a aquellas víctimas que viven bajo un régimen hostil o que, como Palestina, no tienen un estado propio que pueda defenderles. "Es una contradicción que mientras la ley internacional ampara los derechos de las víctimas, éstas no pueden hacerlos valer ante ningún tribunal", reconoce Jeff Halper.

Y una última pregunta: ¿se han sentido muy decepcionados los palestinos con la decisión de los tribunales españoles? "No creo que los palestinos se encuentren decepcionados. La comunidad internacional les ha dado la espalda durante demasiados años, por lo que ya no tienen demasiadas expectativas", concluye este ciudadano israelí que lucha por una solución pacífica para salir del conflicto.