Valladolid recuerda al artista que le situó en el epicentro musical de 1997

Valladolid.-  Apareció en el escenario del Estadio José Zorrilla con un casco y un traje dorado, y en su concierto realizó un homenaje a las recién fallecidas Diana de Gales y Teresa de Calcuta: Michael Jackson, fallecido hoy, cerró en septiembre de 1997 en Valladolid su gira europea "Blood on the dance floor".

ampliar foto

(EFE)

Fotografía de Michael Jackson. EFE/Archivo

El artista estadounidense acercó a Valladolid por primera vez el concepto de concierto como espectáculo de masas, esos cuyo germen se encuentra en los grandes festivales de los 60 y que desarrollaran a partir de los últimos años de los 70 grupos como Queen o los Rolling Stones.

En sus actuaciones, la puesta en escena, la coreografía y los efectos visuales se conjugaban con los grandes éxitos, para crear una atmósfera que atraía a las masas, como en el caso de Valladolid, donde convocó a 25.000 personas en el estadio de fútbol.

En su organización, un equipo del Ayuntamiento formado por el gabinete de Alcaldía y técnicos de la Fundación Municipal de Cultura trabajó junto a las 180 personas de la promotora del concierto, han indicado a EFE técnicos de la Fundación.

Éste fue el primer acontecimiento musical de estas características que aterrizó en la capital vallisoletana, lo que permitió conocer a estos técnicos hasta qué punto se cuidan y proyectan detalles como la seguridad del artista.

Aspectos como el trayecto desde el aeropuerto hasta el estadio o la ubicación de los camerinos para que Jackson no fuese visto por ningún fan, son tenidos muy en cuenta por las personas que organizan este tipo de eventos, según dichas fuentes.

Como curiosidad, las 180 personas de la productora que trabajaron en la organización del concierto comieron los alimentos que se trajeron en sus propios camiones, y en su propio comedor.

La cita, por la que el cantante se embolsó aproximadamente un millón de euros, comenzó a las 22.00 horas del 6 de septiembre de 1997 con el tema "Scream", una vieja balada de Charles Chaplin que el artista versionó.

El escenario, en el que estaban ubicados veinte niños vallisoletanos, pesaba 550 toneladas, medía 64,5 metros de largo por 26 de ancho, estuvo iluminado por un millón de vatios de luz y 400.000 vatios de sonido, con un equipo de treinta toneladas de peso formado por cincuenta altavoces.

Se necesitaron unos 35 kilómetros de cable, 43 camiones, 10 autobuses y 2 grúas para trasladar todo el equipo.

Desplegó temas como "Smooth", "Billie Jean", "Beat It", o "Thriller", la canción que le encumbró a principios de la década de 1980, y con la que dio una vuelta de tuerca al concepto de "videoclip", al convertirlo en una especie de cortometraje efectista.

Jackson hizo que Valladolid se estrenara en la organización de conciertos-espectáculo, y tras él, se han sucedido acontecimientos de similares características que han acercado a la ciudad una pléyade de estrellas, entre las que se encuentran Sting, Van Morrison, Julio Iglesias, los componentes de los Valladolid Latino, Bob Dylan o el amago de concierto de los Rolling Stones, para lo que hubo que levantar una infraestructura sin parangón en el estadio.

Precisamente este verano actuarán en la capital dos de las agrupaciones más destacadas por los conciertos que ofrecen, como son los alemanes Depeche Mode, con una cuidada puesta en escena y efectos sonoros y visuales, y los estadounidenses Bruce Springsteen y su E Street Band, caracterizados por la fuerza que irradian en el escenario y la amplia duración de sus actuaciones.