El desafío americano: David Delfín se la juega ahora en Washington

WASHINGTON, D.C.-  David Delfín es el vanguardismo, la provocación, la moda conceptual... Esa es la imagen que tenemos del diseñador en España pero no es la que llega al extranjero, donde, despojados de todo prejuicio sobre el malagueño, la gente se acerca fresca a su obra. Por eso ayer por la noche, cuando David Delfín realizó su exposición performance en la galería Corcoran de Washington, celebró que la gente no le preguntara por lo mismo que en España (léase sogas, burkas, alambradas, los Bosé, Almodóvar...). Lo malo es que no contar con una visión global de la 'marca' Davidelfín hizo que algunos de los asistentes no comprendieran la muestra.

Mujeres con velos que recuerdan a los burkas en países musulmanes, sogas al cuello de las modelos o bustos desnudos que fácilmente se ganarían la censura en una pantalla de televisión estadounidense. Ninguna de estas imágenes invitó a preguntar a los representantes de la cultura en Washington cuál es el mensaje que quiere transmitir Delfín con sus obras. Si fue por pudor, porque no comprendieron la obra, por la extrema educación de la capital estadounidense o por falta de curiosidad sobre el artista, no lo confesaron. En cualquier caso no coincidieron con el embajador español en Washington, D.C., organizador de la muestra, que presentó a David Delfín como una elección "arriesgada y no exenta de polémica" para representar a la moda de nuestro país.

Delfín sorprendió a los asistentes nada más entrar a la galería situada a pocos metros de la Casa Blanca. Una colección de representantes de la clase cultural y más educada de Washington, esos de los que dudas si van al trabajo con sus mejores modelos o tuvieron tiempo de arreglarse antes de la exhibición, fueron recibidos por un conjunto de maniquíes de trapo. Vestidos con ejemplares de colecciones recientes —aunque retocados o modificados para esta ocasión— y en posturas imposibles, esperaban ante la escalinata de la institución cultural privada más antigua de Washington. Y la clase alta hizo lo propio: decidió esperar, ver y escuchar.

"Mi intención es crear imágenes abiertas a cualquier interpretación", declaraba Delfín para Soitu.es antes de la exhibición. "Y más importante que lo que yo quiera decir es lo que pueda interpretar cada persona que lo vea." Si alguien esperaba que se repitiera el eco que provocó Delfín cuando arrancó su carrera en España, la Galería Corcoran sólo tuvo cabida para felicitaciones y la pregunta educada de "¿cuál es tu mensaje?", antes de hacer cualquier interpretación demasiado arriesgada para las buenas maneras de la capital.

"Me gustaría saber qué es lo que quiere contar cuando tapa las caras de los modelos, cuál es su punto de vista. Aunque me pregunto si puede llegar a vender la ropa en Washington," nos contaba Ruth James antes de dirigirse personalmente a Delfín para preguntarle si está obsesionado con la muerte.

Y Delfín, que paseó durante dos horas y media por delante de las pantallas de televisión con sus desfiles, contestó a todo el que se atrevió a preguntar, explicó las fotografías repartidas por el suelo y retocó los maniquíes cada vez que alguien los despeinaba por hacerse una foto junto a ellos, las preguntas de los asistentes le parecieron divertidas. "Me hace gracia. Ayuda que no te hagan todas esas preguntas", nos dijo al término del evento.

La muestra, organizada por el programa cultural de la embajada española en Washington "Preview Spain", estuvo compuesta de retales en forma de fotografías, vídeos, diseños, desfiles y música que recuerdan el trabajo de estos últimos 10 años. "Surgió casi sin pensarlo, cuando estábamos terminando de recopilar todo el material para la exposición, que nos dimos cuenta de que los primeros vídeos que hice eran de 1999", contaba ayer para Soitu.es antes de montar la exhibición.

Tras su paso por Washington, Delfín viaja hoy a Nueva York, donde ya en febrero presentó su colección, lo que, asegura, le ha traído bastante rédito ya que ha empezado a vender en Estados Unidos y ha sido reseñado en algunos importantes medios de moda. "Estamos decididos a quedarnos en Nueva York y participar en la Fashion Week cada seis meses", declara Delfín, que cuenta con un equipo de más de 20 artistas desde fotógrafos a modistas o músicos que crean obras especiales para sus desfiles y que ayer sonaron en la Galería Corcoran.

Según Grace Gottlin, de la galería local Apartment Zero, la ropa de David Delfín encaja mejor en Nueva York que en la capital de Estados Unidos. "Creo que es muy poco corriente para Washington", declaraba Gottlin después de admitir que desconocía a Delfín antes de ayer por la noche. "No sabía nada de él pero me ha resultado interesante desde la ropa hasta cómo muestra las fotos. Sobre todo esos cortes en la ropa, es impresionante".

Para Sarah Schall, sin embargo, la falta de convencionalismos de Delfín le puede garantizar el éxito en este país. "Me ha resultado perturbador y violento, las mujeres con la cara tapada y las sogas al cuello... pero es como el arte moderno y por eso creo que puede triunfar aquí", nos ha contado esta empleada del gobierno.

"No sabía nada de él y ya le he preguntado dónde puedo comprar su ropa", contaba Rine Butler, artista residente en Washington. Como muchos de los invitados al evento, Butler desconocía por completo la moda española y, hasta anoche, a David Delfín. "Puede que no sea ropa precisamente para vender y vestir aquí, pero es muy interesante saber que esto se está haciendo en España".

Para asegurarse que sigue siendo embajador de la moda de nuestro país en Estados Unidos y lanzar su carrera en el continente, Delfín estuvo acompañado de parte de su equipo tanto de Madrid —donde pronto lanzará su nueva colección, Playback— como de Nueva York. Si alguien pensó que Bimba Bosé, con la que abrió su colección en NY Fashion Week (y que además es su socia y ha sido la imagen de Delfín desde el principio) era la única modelo que iba a desfilar entre las columnas de la Corcoran, Delfín les engañó. El artista había traído a Washington, y vestida para la ocasión, hasta a su contable.