Republicanos ofrecen su propia reforma energética, con reactores nucleares

Washington.-  La minoría republicana de la Cámara de Representantes de Estados Unidos propuso hoy su propia versión de la reforma energética, que contempla la construcción de 100 nuevas plantas nucleares en los próximos 20 años.

ampliar foto

(EFE)

La iniciativa demócrata ya fue aprobada por el Comité de Comercio de la cámara baja el mes pasado. EFE/Archivo

Al presentar el plan, el legislador republicano Mike Pence, que lidera un grupo de su partido a cargo de diseñar políticas en la cámara baja, dijo que se trata de una "solución energética integral que nuestro país necesita tan desesperadamente".

La alternativa republicana, que la oposición llama "Ley Estadounidense de Energía", propone doblar a 100 el número de plantas nucleares en el país en 20 años, el establecimiento de mayores incentivos fiscales y una reducción de las barreras comerciales para las compañías de servicios públicos.

La última vez que las autoridades aprobaron una licencia para un reactor nuclear fue en 1987, con la construcción de una instalación en Carolina del Norte.

Los republicanos promueven esta versión de la reforma energética, que incluye la exploración de petróleo en ultramar, porque se oponen a la propuesta demócrata que estudia en la actualidad el Congreso y que establece un sistema de límites y compensaciones respecto a la emisión de gases de efecto invernadero.

La iniciativa demócrata ya fue aprobada por el Comité de Comercio de la cámara baja el mes pasado.

Según Pence, la propuesta demócrata supone una "guerra económica" contra las familias y negocios en Estados Unidos, porque las compañías de servicios públicos se verán obligadas a aumentar los precios para hacer frente a los nuevos límites en las emisiones.

La propuesta demócrata, en resumen, es la peor receta para la recuperación económica, a juicio de Pence, quien insiste en que la suya es "una estrategia integral que ofrece independencia energética, más empleos y un ambiente más limpio sin que se imponga un impuesto nacional a la energía".

La versión republicana también apoya la exploración de petróleo en una reserva natural en Alaska -algo que generó gran discordia y fue derrotada en la sesión anterior del Congreso-, establece un fondo para alentar el desarrollo de fuentes alternas de energía.

La propuesta republicana ha despertado el interés de varias empresas energéticas en Estados Unidos en proyectos para la construcción de reactores.

Al contraataque, los demócratas argumentan que los republicanos simplemente están reciclando las políticas energéticas del entonces presidente George W. Bush y, como resultado, sólo contribuirán a un aumento en las ganancias de las corporaciones petroleras en detrimento de los consumidores.

La versión demócrata establece el objetivo de reducir en un 83 por ciento las emisiones de carbono para el año 2050, algo que según los republicanos sólo alentará a que las empresas se trasladen a sitios donde existan menos restricciones.

Los líderes demócratas del Congreso quieren aprobar la reforma energética, una de las máximas prioridades de la Casa Blanca este año, antes del receso legislativo de agosto.