El toro "Filibustero" no completa la carrera pero deja un herido grave en Benavente

Benavente (Zamora).-  El astado "Filibustero" apenas completó hoy la mitad del recorrido del toro enmaromado de 2009 que se celebra en Benavente (Zamora), en una carrera peligrosa que dejó dos heridos por asta de toro, uno de ellos grave, una decena de personas atendidas por golpes, caídas, magulladuras y esguinces.

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(EFE)

El toro "Filibustero", de la ganadería de "El Sierro", recorre las calles de Benavente (Zamora) atado por una maroma durante la celebración del Toro Enmaromado de Benavente 2009.

La carrera, en la que el astado recorre la localidad atado por los cuernos a una soga con la que es guiada por los corredores por las calles de Benavente, fue seguida esta tarde por miles de benaventanos.

El herido grave, de unos 60 años y natural de Zamora, sufrió una cornada en el abdomen de la que fue atendido por personal sanitario en Benavente y posteriormente trasladado en una UVI móvil al complejo hospitalario de León, según informó el concejal de Sanidad de Benavente, Mario García.

Además, otro corredor fue atendido por un puyazo en el glúteo y una mujer sufrió un traumatismo facial por una caída, por lo que tuvo que ser trasladada al hospital Virgen de la Concha de Zamora.

Entre los heridos por contusiones y magulladuras se encontraba el presidente provincial de Asaja, Vicente Calzada, que sufrió una caída que obligó a escayolarle el brazo.

La carrera del toro enmaromado de este año se inició a buen ritmo y Filibustero arrancó con rapidez a la salida del toril y en apenas siete minutos logró llegar a la primera de las tres argollas instaladas a lo largo del recorrido para que el astado descanse antes de llegar al matadero.

Sin embargo, al llegar a la plaza de Juan Carlos I, donde se produjo la cornada más grave, el astado de la ganadería de El Sierro se quedó parado, no recuperó el ritmo y tardó más de una hora en recorrer la plaza y la calle Los Carros.

Posteriormente, tras alguna pequeña arrancada y cerca de dos horas y media de festejo, la organización decidió dar por finalizada la carrera del toro enmaromado y el astado fue encajonado en la calle Santa Clara para ser trasladado al matadero, donde se sacrificó.

Los espectáculos taurinos durante las fiestas del Corpus en Benavente aparecen documentados desde la segunda mitad del siglo XVII, aunque en sus orígenes se hacía referencia a correr un buey enmaromado en vez de un toro, según una investigación del Centro de Estudios Benaventanos Ledo del Pozo.

De esta fiesta se hizo también eco en una de sus obras el Duque de Rivas en el siglo XIX, en la que describía la carrera que protagonizaba en Benavente en la víspera del Corpus "un buey del país, enmaromado con una larga soga".

Una leyenda local sostiene que la condesa de Benavente, después de que un toro matara a su hijo en una dehesa próxima a la localidad, decretó que todos los años se corriese un toro enmaromado el día antes del Corpus.

Este año, antes de la salida del toro enmaromado, el Ayuntamiento ha descubierto una placa conmemorativa junto al toril del que sale el astado, en la calle de Las Eras, para homenajear a los corredores que el año pasado evitaron que ocurriera una tragedia al romperse la maroma al inicio del recorrido.

Para evitar nuevos problemas, después de que el año pasado una investigación determinara que la maroma había sido saboteada y por eso se rompió, este año se ha tenido especial cuidado en vigilar que nadie ajeno a la fiesta la tocara.

La soga utilizada hoy fue adquirida por el empresario benaventano Julio del Hoyo, tiene 121 metros, pesa 14,7 kilogramos y está hecha con fibra y un refuerzo interior para que tenga un mayor aguante que las de otros años.

Por la mañana se corrió en Benavente una de las vaquillas denominadas "toritos del alba" con los que los corredores se entrenan para la carrera del enmaromado.

En esta ocasión, "Huracana" completó el recorrido en una hora y media sin que se registraran incidentes de importancia.

El torito del alba se corrió bajo un tiempo desapacible aunque la leve lluvia que cayó durante el recorrido no deslució el festejo.

Tras el torito del alba, el Ayuntamiento de Benavente invitó a los corredores y vecinos de la localidad a una chocolatada que se desarrolló en el paseo de la Mota.