La Casa Blanca 2.0: el pueblo hace piña

Ayer vimos cómo el equipo de Obama, enfrentado a los obstáculos de la vida real, se esforzaba en hacer avanzar el asunto con pequeñas pinceladas. Pero darle al blog de la Casa Blanca un tono más personal es poca cosa.

PROPUBLICA

Desde la página ProPublica se puede vigilar la actividad del Gobierno de EEUU

La actuación más coherente en este comienzo de mandato parece encaminada a garantizar la transparencia: comunicar al público los datos relativos al funcionamiento e intervención de las instituciones federales.

Recovery.gov, por ejemplo, tiene por objetivo permitir a los ciudadanos verificar "dónde va a parar el dinero" del plan de recuperación y reinversión, a qué instituciones y empresas se distribuye. Honesto pero lento.

Para avanzar más rápido, la empresa Onvia de Seattle enseguida ha lanzado un sitio rival bautizado Recovery.org destinado a "asegurarse de que todas las empresas, independientemente de su tamaño, tengan el mismo acceso a los proyectos ligados a los esfuerzos de recuperación", es decir, a quienes aflojan la pasta. La información disponible es más completa y fácil de consultar que en el sitio oficial.

El mismo ingrato destino —–prefiero ver en ello un estímulo—– ha corrido el sitio Data.gov, concebido para permitir el acceso a datos generados por el Ejecutivo. Le reprochamos de buena gana un comienzo muy tímido (45 conjuntos de datos el primer día; actualmente, algo más). Está también su rival privado, Socrata.com, una red social abierta que también publica más datos que el sitio oficial.

Pero la competencia, siempre bienvenida en esta sociedad, no es suficiente para los ‘geeks’ politizados de hoy en día. La fundación Sunlight, por ejemplo, se ha empeñado en supervisar la puesta en marcha de las políticas anunciadas e informar a los ciudadanos de forma comprensible.

ProPublica, el sitio de periodismo ciudadano de investigación, ha puesto en marcha una red de voluntarios para observar los progresos logrados en el ámbito de la construcción y reparación de carreteras y puentes con dinero del plan de estímulo económico.

Gracias a la tecnología de hoy, se puede evitar que el Gobierno mantenga los brazos cruzados (o que ni los abra) para cumplir sus promesas. Aparte de las protestas, siempre posibles, permite forzarle a que actúe haciendo piña, como cuando se denuncia lo que no está haciendo bien.