Si lo dice Pérez, me lo creo

A pesar de desarrollar una de las profesiones más desprestigiadas del momento, el constructor Florentino Pérez es un ejemplo perfecto de eso que llaman Personal Branding. Un saber hacer en el que el empresario ha demostrado ser un verdadero crack.

JuanJo Martín (EFE)

A estas alturas ya todos lo saben. El Barça -y a dos jornadas vista para el Final de Liga- ganó la competición sin necesidad de jugar. Y no sólo ganó porque lo hizo (y lo hace) mejor, sino (y de forma especial) porque otros jugaron mucho peor. Ahora, mientras Barcelona baila su samba, Madrid observa, resignado, sin ganas ni siquiera de levantarse con una gran pitada. ¿Será porque les alienta la gran esperanza blanca?

Curiosamente las urnas (y no precisamente las europeas) conseguirán movilizar a toda una afición que respalda y confía en esa, su gran esperanza blanca, que no es un grupo de 22 sino un único hombre. Blanco y con gafas, de apellido Pérez y de profesión constructor. Florentino es su nombre, el de un hombre que ha conseguido llamar mi atención (y no es por sus ojos, que dirían todas) sino por lo bien que sabe jugar en un campo más árido que el Nou, el estadio del "personal branding".

De eso, y no de fútbol, es de lo que les quiero hablar. Del arte que algunos (pocos) tienen para conseguir ser la mejor de las marcas, vinculada a la calidad, robustez, solvencia y confianza. Probablemente los cuatro valores que en los tiempos de crisis que corren, más adolecen instituciones y marcas, empezando por la Banca. Y lo que más llama mi atención es que quien consigue reunir esas credenciales esté arraigado en el terreno de la construcción, sector pululado hoy por grandes fortunas caídas en descrédito social.

Pero es que Florentino es mucho más que un constructor, es el único hombre capaz de movilizar a toda la masa social madridista (hoy desanimada, amarga y crítica) hacia un bien común: que Florentino repita presidencia. Y esa victoria es como la del Barça, a dos semanas vista, es un victoria cantada. Porque este hombre-Marca del que les hablo ha conseguido resolver la ecuación del éxito: Pérez es igual al Alirón. Como Volvo lo es a seguridad, Ariel a blancura o Hacienda al somos todos. Y aunque no sea así, de momento ha conseguido lo difícil: que toda una afición se lo crea.

Nada hay peor para salvar una crisis que perder el orgullo, porque bajar la barbilla supone perder la fe y dejar de mirar adelante. Y mi Florentino, que además de Marca es un hombre muy listo, sabe que la fe sólo se revela cuando hay confianza, y esta llega con la cercanía y poniendo muy cerca la oreja. Así que en los tiempos en los que la Televisión y su eficacia caen en descrédito, Pérez -seguro que bien asesorado- acaba de abrir página en Internet, el único medio que los entendidos dicen que crece y, recién estrenada su candidatura "for president", mi hombre se ha puesto al habla con la afición. Magnífica iniciativa y mejor estrategia. Probablemente tenga una buena agencia detrás, capaz de crear un espacio virtual al estilo del "Yes we can" que tanta falta hace. Todo el espacio y el tiempo del mundo para que los aficionados y socios le cuenten a Florentino cómo sueñan y cómo ven al Real Madrid ideal. Se puede votar a los mejores fichajes, hacer una lista de nominados e incluso elegir al técnico. Casi casi trabajar "codo a codo" con Florentino.

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Y qué quieren que les diga, probablemente de esa página cargada de sugerencias no salga un Real Madrid ganador de la Liga 2010, pero lo que seguro que sí sale es una afición con confianza, lo que al final se traduce en un club a prueba de crisis. Cuando todavía no se había pronunciado, ni declarado su intención de presentarse a la reelección, en plena caída blanca todos los ojos se fijaban en él como la gran esperanza. Ahora con esta gesta pro-escucha su marca afianza el liderazgo.

Y eso en Publicidad se llama Eficacia. La ciencia del ser y el aparentar. ¿Cuánto se apuestan a que el 14 de junio su Eficacia será además Eficacia Probada?