Un libro recoge la historia del pop y el rock vallisoletano de tres décadas

Valladolid.-  El libro "¿Dónde estabas tú? Historia musical pop rock de Valladolid 1975-2005" recoge la historia de los grupos y músicos más significativos de la ciudad en este periodo, como Celtas Cortos, José Bruno y Los Mismos, y describe el ambiente en el que se fraguó este movimiento musical y social.

La obra, que firman Carlos Ramírez y Miguel Orrasco, se presentará el próximo día 9 en la Feria del Libro vallisoletana.

Incluye fotografías y recortes de periódicos con los que los autores recuperan algunos de los momentos musicales "clave" que protagonizaron los grupos vallisoletanos de la época, ha explicado hoy a EFE Ramírez.

El autor, que ve en esta obra "casi una biografía", pone de relieve el papel que representaron en la creación de este tejido musical las emisoras de radio de música especializada, las tiendas de música -Ramírez era el propietario de Discos K- y las salas de conciertos.

Para elaborar esta "enciclopedia de la música vallisoletana de este periodo", Ramírez incide en que habló "con más grupos que los que pensaba, pero menos de los que le gustaría".

El libro, editado por el servicio de publicaciones del Ayuntamiento de Valladolid, está prologado por el alcalde de la ciudad, Francisco Javier León de la Riva.

Valora en este espacio la información sobre la génesis, la presencia, la trayectoria, la desaparición o la pervivencia de los cientos de grupos de música pop y rock que han operado en Valladolid desde 1975, algunos que "constituyen por sí solas un valiosísimo capítulo" de la historia urbana.

En su recorrido, el libro trata una variedad muy heterogénea de estilos, que transcurre desde Alfonso Pahino hasta menciones a artistas de música heavy o rock duro, pasando por "destacados" profesionales que han tocado con varias bandas, como Jesús Prieto "El Pitti" o José "Niño" Bruno.

Los autores redundan también en uno de los capítulos de la obra en la importancia de los músicos del ámbito de Castilla y León, entre los que cita al leonés Amancio Prada o al salmantino Rafael Farina.

Recuerda la labor en la creación de esta atmósfera musical, sobre todo en la década de 1980, de "fanzines" o publicaciones, muchas veces espontáneos, "que cubrían el hueco que no llenaban los medios de comunicación de la época".

En este sentido, destaca que era frecuente que en las entrevistas que los periódicos de la época realizaban a los grupos musicales aparecieran los números de teléfono de sus miembros, "que muchas veces era el único modo de contactar con ellos".

Pone como ejemplo un recorte de periódico que aparece en el libro, y que pertenece a una entrevista al grupo Ahivalababa, "uno de los pocos de la ciudad compuesto exclusivamente por mujeres", resalta.

Ramírez comenta que junto al fenómeno musical surgió un movimiento social heterogéneo, cuyas características estaban definidas en muchos casos por su manera de vestir.

Así, Disidentes, que tocaban punk-rock, aparecían en el escenario con cresta, imperdibles y el pelo de colores, Dopping adoptaba un estilo a la última moda, Los Reflejos vestían "de manera elegante" o Crom seguía una estética heavy "de melena al viento".

Para situar todo este fenómeno, Ramírez nombra las zonas de reunión del tipo de gente que se interesaba por este tipo de música, entre las que destaca algunos locales de la zona conocida como Cantarranas, o bares como El Cafetín, "que sin tener un horario fijo, todo al que le gustaba su ambiente sabía por el boca a boca cuándo estaba abierto".

El libro termina con lo que Ramírez denomina "el gran mito de la música pop rock: sexo drogas y rock & roll", un estilo de vida que "ha estado presente en muchos de los músicos significativos de la ciudad, algunos tristemente desaparecidos y otros retirados prematuramente de los escenarios para someterse a tratamientos de desintoxicación".