Chrysler se declara en bancarrota y confirma la fusión con Fiat

Ha dado una buena noticia y otra mala. El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, ha aparecido ante los medios de comunicación para confirmar lo que se venía especulando durante las últimas horas, que la automovilística Chrysler, una de las tres grandes de Detroit, se va a declarar en bancarrota en las próximas horas. Hasta ahí la parte negativa. La positiva es que la multinacional con sede en Auburn Hills ha llegado a un acuerdo para la formación de una alianza con la italiana Fiat.

(REUTERS)

Chrysler, en bancarrota.

Chrysler, la más pequeña de las automovilísticas de Detroit, entrará hoy en concurso de acreedores después de que anoche fracasaran las negociaciones que la Administración Obama mantenía con unos 40 pequeños acreedores (muchos de ellos hedge funds) para poder reestructurar la deuda de 6.900 millones de dólares que tenía la casa que fabrica Jeep. El presidente de Estados Unidos ha culpado a un "pequeño grupo de especuladores" de la suspensión de pagos del fabricante estadounidense de automóviles.

Obama ha señalado que el periodo en el que Chrysler se acoja al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras del país (equivalente al concurso de acreedores o la suspensión de pagos española) será "rápido y eficiente" y servirá para que la empresa sea más competitiva y se asegure su viabilidad en el futuro. Aún así, la caída de una de las de Detroit evidencia el fuerte impacto que está teniendo la crisis mundial en el sector automovilístico.

Por otra parte, Obama ha resaltado que a través del acuerdo con Fiat, la firma italiana se convertirá en el accionista mayoritario de Chrysler y, a cambio, compartirá "miles de millones de dólares" en tecnología con la compañía estadounidense. El concurso de acreedores de la norteamericana no supondrá, por tanto, la desaparición de marcas tan emblemáticas en el mercado estadounidense como Jeep. El acuerdo con el grupo italiano evitará, según el presidente Obama, que se queden en la calle los 30.000 trabajadores de la estadounidense.

Los problemas financieros de Chrysler no son, ni mucho menos, nuevos. La compañía automovilística tuvo que ser rescatada por el Gobierno estadounidense en 1979. Entonces el Estado puso garantías por 1.200 millones de dólares para evitar su quiebra.