America Sánchez lleva a Madrid sus fotomontajes llenos de color

Madrid.-  Diseñador gráfico de renombre, con logos como el de Barcelona 92, America Sánchez se aleja de sus trabajos de encargo para construir fotomontajes hechos a mano, llenos de colorido y con multitud de lecturas que constituyen, según el artista, "su mayor expresión de libertad".

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(EFE)

En la imagen de archivo, un joven observa varias obras que forman parte de la exposición "Iconografía moderna 1980-1985. Fotomontajes de América Sánchez".

Bajo el título "Iconografía moderna 1980-1985. Fotomontajes de America Sánchez", la Fundación Carlos de Amberes reúne desde hoy y hasta el próximo 7 de junio un total de 150 obras de este artista -Premio Nacional de Diseño Gráfico 1992- nacido en Argentina en 1939 y residente en Barcelona desde 1965.

El propio diseñador ha actuado como comisario de esta muestra en la que ofrece por primera vez las obras originales, hechas a mano en un tiempo en que las tecnologías informáticas no estaban aún desarrolladas y tomados por America como una investigación autodidacta donde el papel y las tijeras son elementos básicos.

Juan Carlos Pérez Sánchez, su auténtico nombre, que decidió cambiar en 1980 por el de su madre, America, cuenta cómo estas obras son "evocaciones que hoy siguen siendo válidas" y explica cómo el fotomontaje le permite una "libertad total".

"En él hay dibujo, foto, escenografía, color e iluminación. Todos los géneros visuales juntos", apunta el autor, quien realizó su primera obra de este género en 1976 y luego se lo planteó como "un curso de autoaprendizaje".

A partir de fotos hechas por él o procedentes de revistas, catálogos, manuales, fotos... America toma este "banco de imágenes" para apropiárselo y utilizarlo con total libertad. "El azar o un plan racional pueden ser el origen de un fotomontaje, pero en mi caso casi todos son frutos del azar, pues aunque persiga un plan concreto luego puedo desviarme hacia algo totalmente distinto".

Dentro del fotomontaje hay, según America un contenido documental, que son las fotos, el material; y la intervención gráfica, donde él utiliza "todo tipo de herramientas, desde el dibujo a la pintura o el grabado" para darle el contenido que busca.

"El resultado siempre es fragmentado y por eso no hay una única respuesta, sino múltiples interpretaciones", apunta el artista quien considera que se trata de un "género que ahora, cuando cumple cien años, sigue siendo inagotable".

Las diferentes técnicas utilizadas van desde fotografías intervenidas, repetidas o en series, además de la mezcla de elementos de lo más diverso, como la foto de una mesa de comensales a la que incorpora fuego y aviones de guerra planeando sobre el banquete.

"En ese caso se trata de una ironía sobre un consejo de banqueros o un consejo de ministros", cuenta America, quien es partidario de ejercer la crítica a través "del humor y la ironía".

El diseñador, quien confiesa no tener un estilo determinado, reconoce la magia de no utilizar elementos informáticos y ceñirse a lo manual, la tijera y el pegamento. "Y en cuanto al banco de material, hoy hay revistas fabulosas y otras que acaban en la basura. El reciclaje es una opción fantástica", señala.

"Cuando juntas dos fotografías, se unen historias diferente que hay que detenerse a mirar. El fotomontaje es una obra para observar y encontrar sus significados. No es una técnica de visión rápida, cuesta digerirla porque es un lenguaje complejo", comenta America Sánchez.

La intervención del artista en el contenido puede ser de dos formas "sumar o restar", es decir, "puedo añadirle una pincelada o algún elemento más, o bien restarle, es decir eliminar algo rascando con lija o de otro modo", pone como ejemplo Sánchez.

No se corta a la hora de utilizar de todo, desde el guasch al óleo o las tintas, "con el fin de crear una atmósfera y lograr la luminosidad precisa, combinando la que tienen los diferentes elementos de la obra", concluye America Sánchez.

Por Mercedes Cerviño.