La primera escuela catalana de pastores inicia las clases con 28 alumnos

Barcelona.-  La primera escuela catalana de pastores, la segunda de España, ha iniciado este mes sus clases, a las que asisten 28 alumnos que quieren trabajar en un oficio en el que "existe una oferta real de empleo", ha explicado a Efe su coordinadora, Vanesa Freixa.

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(EFE)

La primera escuela catalana de pastores, la segunda de España, ha iniciado este mes sus clases, a las que asisten 28 alumnos que quieren trabajar en un oficio en el que "existe una oferta real de empleo". EFE/Archivo

La falta de pastores en la explotaciones ganaderas catalanas ha llevado a la asociación cultural Rurbans y a la empresa Montanyanes, ubicadas en la comarca leridana del Pallars Sobirà, a crear, con la ayuda económica de la Generalitat, una escuela de pastores que pueda formar nuevo personal para ocuparse de los actuales rebaños catalanes que pastan al aire libre.

Según Freixa, esta falta de personal ha llevado a los ganaderos a contratar "pastores de Europa del Este que cobran unos 700 euros" y ha añadido que ésta es la "única escuela de estas características de toda España, a excepción de la existente en Asturias".

Vanesa Freixa ha lamentado que "las escuelas de capacitación agraria no tienen cursos para formar pastores y algunas se ven forzadas a cerrar por falta de alumnos".

Los nuevos pastores han comenzado su formación este mes con un curso que contempla un mes de clases teóricas y cuatro de prácticas en una explotación ganadera catalana.

Los alumnos tienen una edad media de 31 años, aunque hay casos de jóvenes de 18 años, y un perfil profesional en el que predominan las personas relacionadas con el mundo rural.

La mayoría de estos 28 alumnos -se recibieron 42 solicitudes- mantienen lazos familiares con el sector ganadero, pero por falta de formación no pueden acceder a las ayudas públicas necesarias para organizar su propio rebaño.

Aunque "hace años que se paga lo mismo por los animales sacrificados, la única forma de ganar dinero es reducir costes eliminando piensos artificiales", explica a Efe Eduard, un joven emprendedor de 28 años que sueña con tener su propio rebaño "de unas 400 cabezas porque, si no, no es rentable".

Eduard reconoce que "en el mundo rural la industria no ofrece trabajo y la gente no quiere hacer de payés porque es demasiado duro", y piensa que "el futuro pasa por crear cooperativas y unir fuerzas: los ganaderos son demasiado celosos uno de los otros y no colaboran entre ellos".

Sin embargo, Eduard reparte culpas y considera que "los pastores están solos y abandonados por la administración, nunca se les escucha", y añade que la mayor soledad es "que no se sienta valorado nuestro trabajo".

La experiencia de Eduard, que actualmente ayuda a cuidar de forma gratuita un rebaño de 500 cabras en Igualada, le ha llevado a construir toda una visión empresarial para crear empleo en el medio rural.

"El desarrollo rural debe basarse en las personas como gestoras del paisaje, y la juventud debe formarse porque en el campo hay mucho trabajo", añade Eduard, para quien "actualmente importamos alimentos cuando podemos producirlos aquí de forma más natural y barata".

Recuperar el papel de los payeses como proveedores de alimentos es una de las obsesiones de Eduard y para ello cree que los ganaderos "deben unirse para poder afrontar juntos los costes, entrando en la gestión directa del proceso de producción y distribución, lo que les permitiría ahorrar mucho dinero", además de "cambiar el modelo de consumo, que nos aboca a comprar cada vez más en las grandes superficies comerciales".

Si Eduard busca iniciar un negocio, Joaquim, un funcionario de Lleida, busca cambiar radicalmente de vida: "ahora que mis hijos son mayores y no tengo cargas familiares, quiero hacer lo que siempre he deseado".

Joaquim confiesa a Efe una devoción innata por todo lo que tenga que ver con la naturaleza: "lo he vivido desde que era joven, no soy un urbanita", y reconoce que con su nueva vocación de pastor perderá poder adquisitivo, pero "no me importa, porque ganaré en calidad de vida", mientras asegura, tajante, que "nunca he sido un consumista".

La parte teórica de las clases se desarrollará en la instalación agrícola Bon Repòs, que la Diputación de Lleida tiene en pleno Pirineo, y los 28 alumnos, de los cuales la mitad se encuentran en paro, recibirán un título acreditativo que les permitirá acceder a ayudas oficiales e iniciar su propio negocio.

De hecho, el 60% de los candidatos han expresado su deseo de ser su propio jefe y producir un "relevo generacional, también en la mentalidad de negocio, que es muy necesario" añade Freixas.