La siderurgia asturiana se queda a medio gas. ¿Qué pasará con el PIB?

La economía española acaba de llevarse un buen susto. Viene de Luxemburgo, sede de la compañía fabricante de acero, AlcerlorMittal. Desde allí, se ha anunciado que planta de Gijón comenzará a funcionar a medio gas a partir de mayo, ya que la empresa tiene previsto apagar el horno alto 'B'. Como las malas noticias nunca vienen solas, al mismo tiempo se ha anunciado la presentación de un expediente de regulación de empleo que pronto estará en los despachos del Ministerio de Trabajo, ya que se hará en todas las plantas que tiene la multinacional en España. Entre todas las comunidades, Asturias se ha llevado el palo más gordo. De esta empresa, no sólo dependen más de 6.250 empleos directos (más de 12.000 en toda España), sino que su actividad supone además el 12% de su PIB anual. De momento, no se conoce el alcance de estas medidas en el empleo y en la producción.

jbarcena (flickr)

La planta de ArcelorMittal en Avilés.

En todo momento se habla de ajustes "temporales", incluso se ha fijado un mes, septiembre, como la fecha en la que todo podría volver a la normalidad. Pero la espectacular caída de la demanda de acero hace prever el peor de los escenarios en el que hasta ahora, por ubicación y por la calidad de sus instalaciones, era el único emplazamiento que había conseguido capear la crisis —y posicionarse como el más solvente de la compañía en el mundo—y mantener sus dos hornos en funcionamiento. Se ha llegado a especular con una caída del 50% de la producción. ¿Qué efectos tendrá esto sobre la economía asturiana?

Reacción en cadena

De AlcerlorMittal, no sólo dependen 6.800 personas en Asturias, sino que en la región —que alberga la mayor parte de sus factorías y las instalaciones de cabecera, que nutren a todas las demás— hay otros 2.800 trabajadores, pertenecientes a 42 empresas subcontratadas que dependen de esta empresa.

Es fácil darse cuenta que la parada del horno en Asturias afectará al resto de sus instalaciones y a la industria subsidiaria, como el sínter de Gijón o las baterías de cok de Avilés, que trabajarán sólo con cuatro de sus ocho hornos, que se sumarían a la tragedia de los cierres de una de las líneas de galvanizado y la línea de pintura de Avilés, inactivas desde el año pasado.

Regulación de empleo

El anuncio de un expediente de regulación de empleo este año también ha sentado como un jarro de agua fría. La decisión de aprobarlo o denegarlo será tomada por la Dirección General de Trabajo. Si la respuesta es afirmativa, se aplicará teniendo en cuenta las circunstancias de cada planta. Incluso podría llegar a quedar en agua de borrajas en aquellas plantas que así lo decidieran a partir de las necesidades y de lo que se negocie con los trabajadores.

De momento no hay datos concretos—los sindicatos esperan que a partir de la próxima semana se pueda concretar algo más— , pero se baraja la cifra de un millar de personas, ni más ni menos que un sexto de la plantilla total en la comunidad, a los que podrían sumarse los 290 trabajadores del horno que se cerrará en mayo.

Caída del PIB

A esto se suma el impacto que tendrá en la economía que tendrán todas estas medidas, que supondrán la reducción de la producción siderúrgica española a la mitad. El año pasado las factorías asturianas de ArcelorMittal (la única siderúrgica integral existente en el país) produjo cuatro millones de toneladas, un 5% menos que en 2007. Con todo, la fabricación de acero sigue suponiendo un porcentaje altísimo dentro de las cifras macroeconómicas españolas. Sólo en Asturias, la siderurgia aporta un 12% del PIB.