México.- Convertido en símbolo de la división del cine mexicano, el actor Daniel Giménez Cacho ("Arráncame la vida") fue anoche el protagonista de la 51 edición de los premios Ariel a pesar de no estar nominado, eclipsando los ocho galardones de la triunfadora "Desierto adentro".
El actor Mario Zaragoza (i) recibe el Ariel de mano de los actores Irene Azuela (d) Daniel Jiménez Cacho (c) por mejor actor por la película "Desierto adentro" anoche, en el marco de la edición 51 de la Ceremonia de Entrega del Ariel, el máximo galardón del cine mexicano, entregado por la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas, en el Auditorio Nacional de Ciudad de México (México).
El intérprete, uno de los más respetados del país, centraba todas las miradas tras haber quedado fuera de la terna de Mejor Actor por una polémica decisión de la Academia que alborotó a la prensa especializada.
Como el general Andrés Ascencio, abanderaba la adaptación de la novela homónima de Ángeles Mastretta, una crónica del México postrevolucionario laureada en la taquilla de 2008 y conquistadora del título de superproducción de época.
"Arráncame la vida" se hizo con cuatro Arieles, por ocho de "Desierto adentro", del uruguayo Rodrigo Plá, y tres de "Lake Tahoe", de Fernando Eimbcke (Mejor Director, Película y Coactuación Masculina).
"¡Ánimo Daniel!" fue uno de los gritos que más se escuchó cuando Giménez Cacho salió al estrado en compañía de la actriz Irene Azuela para desvelar el nombre del Mejor Actor de esta edición.
Poco antes, la prestigiosa periodista Carmen Aristegui, otra de las presentadoras de la gala, le había ofrecido "un abrazo" como "gran ausente de las nominaciones".
Impertérrito, Giménez Cacho iba a ser el encargado de anunciar un premio que público y prensa le habían adjudicado al salir del cine.
En su lugar, competían Mario Zaragoza ("Desierto adentro"), el popular Diego Luna ("Rudo y Cursi", éxito de taquilla que lo reunía de nuevo con el reverenciado Gael García Bernal tras ocho años) y el joven Juan Pablo Hernández por "Voy a explotar".
Antes de desvelar el secreto del sobre cerrado, Giménez Cacho proclamó que iba a leer una carta firmada por productores y directores que, dos días más tarde, sería publicada en los diarios.
Dirigida al presidente de la Academia de Cine mexicana, el veterano actor Pedro Armendáriz -segundo con ese nombre-, la misiva se hacía eco de la polémica por las nominaciones, que también habían apartado a "Arráncame la vida" de las categorías más prestigiosas.
En la carta se pedía "una refundación de la Academia para hacerla más plural, incluyente y democrática" y "más acorde con los nuevos tiempos", porque actualmente no representaba con justicia a la mayoría de los profesionales del cine mexicano.
"¿Qué te pareció?", le dijo Giménez Cacho por lo bajo a Azuela, entre los ecos del aplauso del público. "Muy bien", le contestó ésta. Acto seguido, rasgaron el sobre con el nombre del ganador dentro y el actor ahuyentó el misterio.
"Mario Zaragoza", coronó. La decisión fue aplaudida y al estrado subió feliz el galardonado, considerado también un prometedor intérprete con varios trabajos destacables en su haber.
De hecho, el mismo papel que le valió el Ariel ya le hizo acreedor en 2008 del premio al Mejor Actor en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (oeste de México, uno de los certámenes más importantes de Latinoamérica).
Zaragoza, felicitado cariñosamente, leyó unas palabras emocionado y concluyó ante el Auditorio Nacional capitalino con un contundente "hagamos industria". Poco después aparecía en escena Pedro Armendáriz, que tuvo que sufrir algún silbido.
El Ariel de Mejor actriz fue, por segundo año consecutivo, para Irene Azuela, por "Bajo la sal", un drama sobre asesinatos de mujeres en el norte de México. La mexicana se impuso a la española Ariadna Gil ("Sólo quiero caminar) y a María Deschamps ("Voy a explotar").
Por lo demás, la gala transcurrió convertida en un duelo en las categorías técnicas entre "Arráncame la vida" y "Desierto adentro", una historia de fanatismo religioso estrenada comercialmente dos semanas atrás, a pesar de llevar mucho tiempo por festivales.
También se recordó en la gala al luchador "El Santo", uno de los iconos populares del cine de aventuras mexicano, en el 25 aniversario de su muerte.
Los Ariel de Oro fueron para la recientemente fallecida comediante Famie Kauffman y para el actor Alejandro Parodi. Finalmente, la medalla Salvador Toscano al Mérito Cinematográfico recayó en el compositor Joaquín Gutiérrez Heras.
Juan Ramón Peña
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