Está claro que existe una preocupación y un intento de proteger a los menores cuando se plantea el aumento de la edad de consentimiento sexual. Actualmente, esa edad en España está en los 13 años. Es decir, que una niña o un niño, en cuanto cumplen 13, legalmente pueden consentir en tener relaciones sexuales con un adulto de cualquier edad. Antes de cumplir los 13 el consentimiento sería nulo, ya que legalmente se considera que los menores no tienen capacidad para otorgarlo.
Los que trabajamos con menores víctimas de abusos sexuales somos testigos de que puede resultar complicado probar que una menor, con 13 años recién cumplidos, ha sido enredada y manipulada por un adulto desaprensivo. Ciertamente esta ley facilita que los abusadores se aprovechen de su corta edad para convertirlas, o convertirlos, en juguetes sexuales.
En algún caso nos hemos encontrado con algún juez —los menos, pero alguno hay— que al saber que la niña ya había cumplido los 13 años, y como en el caso de los abusos no existe coerción, ni agresión, sino que el acceso se consigue mediante engaño, da carpetazo al caso, sin siquiera explorar a la menor. Recordamos un caso concreto en el que hubo suerte, se recurrió y finalmente el abusador, un vecino de la víctima, de 64 años, fue condenado. Este hombre se aprovechó de la buena relación que tenía con la familia y del carácter retraído y miedoso de la niña para convertir su vida en un calvario. Finalmente, después de un largo proceso judicial, fue condenado por la Audiencia, pero pudimos ser testigos de lo mal que lo pasó la niña, ya que, como acababa de cumplir 13 años cuando se produjo la penetración, el juez tenía dudas de si la menor había consentido.
Casos como éste nos llevarían a defender con rotundidad el aumento de la edad de consentimiento. Sin embargo, entendemos que hay que analizar el tema serenamente y no solamente desde la perspectiva del sexo como algo peligroso. Si se cambia la edad de consentimiento a los 14 o 15 años, podemos encontrarnos con situaciones tales como la de una chica de 13 años y 11 meses o de 14 años y 11 meses que conoce a un chico de 18 recién cumplidos. El chico podría ser juzgado como abusador sexual. Y, ¡ojo!, se habla de relaciones sexuales en sentido amplio; es decir, que los escarceos amorosos que no incluyen penetración también podrían ser considerados conductas sexualmente abusivas.
Nos encontramos ante este dilema: por un lado, es absolutamente necesario proteger a los menores de adultos abusadores y desaprensivos. Por otro, están las relaciones entre jóvenes, que aun siendo asimétricas en edad, no pueden tener la misma consideración que las perpetradas por adultos abusadores.
A nuestro entender, considerar solamente la mayoría de edad como fecha de corte para asumir que una persona podría estar abusando de otra no es la mejor opción. Se tendría que atender además a la asimetría de edad
Por lo tanto debemos tener cuidado con los cambios legislativos y tener en cuenta a quienes afectan. Entendemos que no todo el orden social tiene que estar regulado por leyes, y menos por leyes penales. Hay otras medidas que podrían contribuir mucho a la protección de los menores que sufren abusos sexuales. Nos referimos a la educación sexual; tan absolutamente abandonada, tanto por el gobierno central, como por las autonomías. En cuanto a la educación sexual en el ámbito familiar, no siempre recibe la atención que merece por parte de los padres. La educación sexual que propugnamos, tal y como recomienda la OMS (Organización Mundial de la Salud) va mucho más allá de las campañas informativas sobre el uso del preservativo. No se limita a tratar el sexo como un peligro, sino que aborda aspectos biológicos, psicológicos y sociales; entendiendo la sexualidad como una dimensión de la personalidad.
¿Cómo se podría abordar entonces esta cuestión de la edad de consentimiento sexual? A nuestro entender, considerar solamente la mayoría de edad como fecha de corte para asumir que una persona podría estar abusando de otra no es la mejor opción. Se tendría que atender además a la asimetría de edad, en función del estadio evolutivo. No es lo mismo un joven de 18 años, aunque ya es mayor de edad, que una persona de 26 años, que obviamente, aún siendo joven, está más cercano de lo que socialmente se suele entender por persona adulta. Y por supuesto, la asimetría de edad con respecto a una chica —o chico— de 15, es mucho mayor.
Teniendo en cuenta este aspecto, evitaríamos que muchos jóvenes pudieran verse abocados a vivir relaciones ilegales. Ya sabemos que es más fácil 'cortar por lo sano' y, sin más consideraciones, estar a favor del aumento de la edad de consentimiento. Insistimos en que un aumento de esta edad sin tener en cuenta lo expuesto podría ser problemático. Que cada cual mire a su alrededor y vea si conoce casos de novios de 18 y 15 años, incluso 18 y 14. Los adultos, y más si son padres, suelen pensar que sus hijos todavía no están maduros para el sexo. Con frecuencia olvidan que ellos también fueron jóvenes y tuvieron sus vivencias y escarceos sexuales, muchas veces a espaldas de sus padres. Por eso debemos tener mucho cuidado y respetar las libertades de los jóvenes, que también tienen derecho a vivir su sexualidad.
Nuestra propuesta sería: sí a que la edad de consentimiento aumentara hasta los 14 años, pero estableciendo, además, que la asimetría de edad con el perpetrador fuera superior a 10 años; con lo cual, las relaciones entre personas de 14 y 24 años no estarían irremediablemente penadas. Los psicólogos, y cualquier persona con sentido común, sabemos que la edad cronológica no siempre responde a la madurez esperada. Trabajamos con menores y vemos cómo chicas —o chicos— de 17 años son psicológicamente inmaduros y fácilmente manipulables, mientras que otras —u otros— de 14 años son mucho más responsables y capaces de discernir.
Así pues, no se trata de resolverlo todo con prohibiciones, además, hay que ofrecer a los jóvenes una educación sexual, en el marco de los derechos sexuales, que les permita tomar decisiones responsables y defenderse de depredadores sexuales, sin dejar de lado el componente de placer y de comunicación afectiva privilegiada que la sexualidad tiene.
¿A qué edad empezaste a tener contacto sexual? ¿Cuál es tu opinión sobre la edad de consentimiento? ¿Qué te parece la propuesta de aumentar la edad de consentimiento? ¿Te parece que la asimetría de edad es un criterio importante?
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