Atrincherados en el Congreso mientras arde Génova

Los diputados del PP se refugian en la Cámara intentando salvarse de la quema antes de que Garzón encuentre un hilo conductor entre la trama de los espías de Madrid y la de la corrupción de Correa.

(REUTERS)

"Hoy lo importante no es lo que diga Zapatero sobre el paro, sobre todo porque no se qué va a contar nuevo, el tema está en el follón que tienen montado en el PP", se comentaba en el típico grupo que se forma en los pasillos del Congreso. "¿Por qué está pasando todo esto?", se preguntaba otro. "Hombre, es la lógica convulsión, lo que suele suceder cuando un partido pierde y no se renueva", le contestan. "Sí, pero es que están pasando cosas muy gordas, se están abriendo heridas que no curarán nunca". La conversación sería anecdótica sino fuese porque los dossieres del PP centraban el interés de la mayoría de periodistas, y también de políticos. Soraya Saenz de Santamaría no evita la pregunta de soitu.es sobre un asunto que hasta hace tres semanas se consideraba exclusivo de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento y ha acabado estallando en pleno Génova. "Nosotros estamos tranquilos —se refiere al grupo popular en el Congreso—, no paramos de trabajar. Somos claros y estamos investigando". La traducción a sus palabras, la realiza una persona de su entorno: "Estamos atrincherados aquí, dada la que está cayendo en Génova. Allí lo están pasando muy mal".

Los diputados populares buscan desesperadamente mantenerse al margen. No quieren que les salpique una historia que cada día se revela más turbia. Que es el PSOE, o el Gobierno, quien está interesado en sacar ahora a la luz tramas de espionaje activas desde hace años es uno de los argumentos recurrentes que usan cuando se les interroga. "Las encuestas internas dan una victoria del PP en Galicia y además el gobierno pasa por uno de sus peores momentos con 3,3 millones de parados, ¿no crees que el motivo es suficiente?". El portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso asegura a esta web: "no hacemos esas cosas. De verdad. Yo mismo he preguntado al Gobierno y la respuesta ha sido, no. Las filtraciones salen de ellos mismos". En medios jurídicos conocedores de la situación del partido se preguntan por qué todavía los dossieres sobre Gallardón, Esperanza y Blesa, presidente de Cajamadrid, que supuestamente también existen, no aparecen por ningún lado.

Un diputado con despacho en Génova considera que el fin de la investigación sobre el caso Correa apunta a la financiación del partido. Sin embargo, otro de sus compañeros de partido, reconoce estar esperando a qué Garzón encuentre una manera de unir ambos sumarios, "basta con que aparezca el nombre de uno de los espías relacionado con el tema de la corrupción. En realidad, nadie sabe cómo puede acabar esto". José Luis Ayllón, mano derecha de Soraya en la Cámara baja insiste en que no hacen más que presentar enmiendas: "Sólo sé que los rumores y las suposiciones no implican que lo que se cuente sea verdad. Hay que presuponer la inocencia hasta que se demuestre lo contrario. Ya sé que tiene más morbo hablar de espías pero seguro que nadie cuenta que el Gobierno ha propuesto un recorte del gasto público igual al que nosotros presentamos en el debate de Presupuestos y que fue rechazado por el PSOE". Contado queda.

En su burbuja, parapetados tras las paredes de este edificio símbolo de la democracia, se sienten seguros. A pesar de sus sonrientes caras y de la sensación de tranquilidad espiritual que tratan de transmitir, el propio líder demostraba en su intervención que no pasa por sus mejores momentos. Ha leído íntegro el discurso, le ha fallado la interpretación y no ha reaccionado al ninguneo por parte de Zapatero. Las palabras del presidente del Gobierno eran hoy fáciles de rebatir pero Rajoy no ha podido. Igual debería seguir el ejemplo de sus diputados y trasladar su despacho al Congreso.