¿El caso de espionaje de Madrid te hace desconfiar de los políticos?

Hoy ha sido el día más relajado de la semana en lo que se refiere a la presunta trama de espionaje en el seno del PP madrileño. Lo más destacable han sido unas declaraciones de Rubalcaba en las que comparaba los supuestos servicios secretos con la mítica agencia de información de Mortadelo y Filemón. Ya que no se ha conocido el nombre de ningún nuevo político que haya sido objeto de espionaje (como lo fueron González, Cobo y Prada), el caso se ha traslado a la arena política, con el consiguiente cruce de acusaciones y petición de responsabilidades.

(EUROPA PRESS)

Granados. ¿Pondrías la mano en el fuego por él?

Ante esta calma chicha, es un buen momento para pensar en otras lecturas, por ejemplo, aquella que surge si prestamos atención a los comentarios que nuestros usuarios han dejado en las diferentes noticias dedicadas al asunto. "Esto es simplemente la podredumbre que siempre se genera cuando a los políticos se les deja estar en el poder demasiado tiempo", dice uno. "¿Dimisiones? ¿En España? ¿Precio político?", se pregunta otro. El caso del espionaje madrileño devuelve al primer plano la política del golpe bajo, alimentando las dudas sobre el funcionamiento interno y la transparencia de los grupos políticos. ¿Está afectando esta trama realmente a la confianza en los partidos? ¿Puede hacer mella en la confianza social?

Ya el último 'Informe sobre la Democracia en España', elaborado por la Fundación Alternativas, reconocía que "la nota más baja la obtienen las prácticas y comportamientos de los actores políticos". "Se lleva mucho tiempo hablando de la crisis de la democracia, del distanciamiento entre los partidos y los ciudadanos, pero lo cierto es que no se ha inventado nada mejor. El discurso sobre el hartazgo que se escucha en la calle y en los medios de comunicación no ha llegado a tener una confirmación empírica", nos dice Ignacio Sánchez Cuenca, profesor de Sociología en la Universidad Complutense y uno de los artífices del mencionado informe sobre calidad democrática. Por esta razón, Sánchez Cuenca no cree que el caso de espionaje madrileño vaya a suponer un cuestionamiento importante del sistema político.

"El hecho de que surja de vez en cuando un caso de abuso de poder va desgastando la confianza democrática, pero en ningún momento llega a poner al sistema democrático y de partidos en un aprieto", prosigue Sánchez Cuenca. Sin salir del Partido Popular madrileño, permanecen en la memoria los ejemplos recientes del 'tamayazo', de las luchas por el control del ocio nocturno o algunos casos de corrupción urbanísitica. Y las cosas han cambiado bien poco desde entonces. En lo que a los partidos políticos se refiere, el profesor reconoce que el ciudadano penaliza mucho a los grupos cuando hay mucha división interna y, al mismo tiempo, exige que haya transparencia y unidad. "Pero eso es algo incompatible, y nadie ha logrado encontrar el punto de equilibrio", concluye.

(EFE)

La 'lideresa' del partido.

Los partidos por dentro

La profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense Gema Sánchez, por su parte, reconoce la cerrazón y la impermeabilidad que reina en el seno de los partidos políticos. No en vano, su tesis doctoral trató la evolución del Partido Popular desde 1989 hasta el año 2004, por lo que conoce muy bien las interioridades del grupo. Esta profesora reconoce que, en los partidos, "los estatutos establecen una estructura formal de poder, si bien luego entran en juego otros factores informales que no están escritos". En el caso del Partido Popular, por ejemplo, los estatutos prohíben corrientes de opinión dentro del partido (el artículo 11 lo considera una infracción muy grave), aunque a nadie se le escapa la fractura que existe en el partido.

A esta profesora, miembro del Colegio Nacional de Politólogos y Sociólogos, no le extraña demasiado el tema del espionaje político en Madrid: "No es una práctica tan descabellada ni aislada, ya que cualquier información sobre otras personas le puede valer a uno para ascender o para matar la carrera política de tu adversario. Lo que pasa es que estos asuntos normalmente quedan de puertas adentro, y hasta fuera del conocimiento de los propios militantes", asegura. "Es que siendo legal al 100% no se llega a presidente", sentencia.

En nuestro artículo de ayer sobre el caso de espionaje madrileño subrayábamos, de forma premeditadamente ingenua, que nadie había reconocido sus responsabilidades en el caso, por lo que la bola se va haciendo más y más grande. Gema Sánchez había descartado desde un primer momento cualquier posible dimisión o asunción de responsabilidades. "En primer lugar, los políticos siempre intentan salvarse de la quema, y más cuando puede haber responsabilidades penales de por medio. En este caso, imagino que dentro de unos tres meses ya nadie se acordará del escándalo".