Se busca parado extranjero para hacer de enlace comercial con su país

MADRID.-  Tiberiu Aurelian es un rumano de 40 años que lleva nueve viviendo en Cataluña y está en paro desde principios de mes. Tiene dos hijos en edad escolar —un adolescente de 15 años y una niña de 10, que padece espina bífida— y su esposa trabaja como empleada doméstica. En febrero su vida dará un giro de 180 grados. Será entonces cuando él, y otros 29 inmigrantes de distintas nacionalidades, comiencen el programa "Puentes para el Empleo", promovido por la Diputación de Lleida, que les permitirá recibir formación específica para representar a una compañía leridana en sus países de origen.

Flickr (Daquella manera)

La construcción ha dejado miles de parados.

"Vuelven a su patria como cónsules o embajadores comerciales de una compañía española que pretende hacer negocio allí y necesita un interlocutor formado que conozca el idioma y las costumbres locales", cuenta Gerard Guiu, director del Patronato de Promoción Económica de la Diputación. Para conseguirlo, antes deben iniciar un periodo de formación de 500 horas. "Son 350 horas teóricas, en las que se les impartirán clases sobre comercio exterior y legislación, y 150 prácticas, que realizarán en las instalaciones de la empresa que les vaya a contratar, donde les explicarán los procesos particulares", explica Guiu.

Para la familia de Tiberiu, ésta es una solución perfecta a su situación. "Nos gusta la idea de hacer un intercambio cultural, es una gran oportunidad para devolver a España lo mucho que hemos recibido de este país desde que llegamos", afirma Rodica, su esposa. Y eso aunque participar en este proyecto implique que su marido pase algunas temporadas lejos de ella y de sus hijos. "No queremos volver a Rumanía, estamos muy contentos aquí, y nuestros hijos pertenecen más a este país que al nuestro, porque se han criado en él y aquí tienen sus amigos", explica Tiberiu.

Desde que llegó a España, Tiberiu ha trabajado de chófer, de repartidor, de vigilante..., y su último empleo ha sido en un laboratorio. Confiesa que no tiene estudios superiores —"tengo un titulo de formación profesional y el bachillerato", dice—; sin embargo, a su favor juega el hecho de que "conoce muy bien las costumbres y la legislación rumana, y tiene contactos con la administración pública", según su esposa. Además, habla bien castellano y está aprendiendo catalán.

El candidato ideal

Y esto es precisamente lo que más valoran los impulsores de este proyecto. "Podría decirse que somos unos head hunters (cazatalentos) de inmigrantes —explica Guiu—. Buscamos personas que conozcan bien su cultura patria y la nuestra, que tengan una gran capacidad de adaptación. Y valoramos más las aptitudes y la iniciativa que demuestren que los títulos académicos", comenta el responsable del Patronato. Para conocer esas aptitudes, los candidatos deberán realizar algunos test y entrevistarse con un psicólogo.

En cuanto a la nacionalidad del inmigrante, es algo que determinarán los intereses comerciales de las compañías que participan en este proyecto, entre las que se encuentran: Ros Roca, Borges, Grupo Consist, Murgaca, SAS, y J. Vilella Felip.

Desde el matadero Murgaca, por ejemplo, nos comentan que buscan "un representante comercial de cualquier país de Europa", ya que exportan a todos ellos, pero los nativos del este europeo son los que tienen más papeletas de ser los elegidos, dice David Martínez, responsable de exportaciones. Sin embargo, Noelia Coscolla, del departamento de recursos humanos de la empresa de reciclaje J. Vilella Felip, nos cuenta que buscan "un inmigrante chino", porque su intención es expandirse en el país asiático.

Sea como fuere, el requisito indispensable que debe cumplir cualquier inmigrante interesado en participar en esta iniciativa es estar inscrito como demandante de empleo en alguna de las oficinas del Inem. "Tienen que estar en paro al iniciar el curso, pero pueden empezar a trabajar una vez comenzado, siempre y cuando su jornada laboral sea compatible con los horarios del curso", apunta Mariona Carbonell, del Patronato de Promoción Económica.

Beca de estudios y trabajo asegurado

Si concluyen con éxito su formación, los participantes recibirán un pago máximo de 3.500 euros. "Es como una beca de estudios, que equivaldría al pago de 500 euros mensuales", dice Carbonell. Eso sí, en el caso de que los participantes reciban algún tipo de prestación, o trabajen a tiempo parcial, para recibir esta beca será necesario que sus ingresos no superen los 500 euros/mes, de lo contrario, no se efectuará el pago. En el caso de cobrar algún tipo de ayuda, pero inferior a 500 euros, el Patronato le pagará la diferencia, explica Carbonell. Posteriormente, existe el compromiso de las compañías participantes de ofrecerles un contrato.

Esta iniciativa es pionera en España. De hecho, Gerard Guiu nos ha comentado que el Ministerio de Trabajo va a seguirla muy de cerca. "Están muy interesados en los resultados que obtengamos porque de ellos dependerá que exporten la idea al resto de España", asegura el director del Patronato de Promoción Económica de la Diputación leridana. De momento, el interés que ha despertado entre la población inmigrante de la zona es muy grande, según comenta Guiu. Y es que en los últimos 12 meses el paro exterior en la comarca se ha incrementado en un 157%, según datos de la Consejería de Trabajo. Los sectores más afectados han sido los de la construcción y la agricultura.

Tiberiu asegura que tiene amigos de múltiples nacionalidades interesados en participar en el proyecto, y hasta su mujer no descarta hacerlo en una próxima edición, que espera llegue pronto.