Restaurantes que también 'cuelgan' el cartel de rebajas

Acostumbrado a dar a una media de 80 menús diarios, en el mes de junio Juan Luis empezó a notar cómo la demanda caía paulatinamente. Cada vez menos gente entraba en su mesón. El Fogón de Dastis, situado en el barrio madrileño de Chamberí, estaba siendo víctima de la crisis. El auge del tupper y de la comida rápida le estaban robando clientela, así que decidió coger el toro por los cuernos. ¿Cuál era la solución? "A principios de diciembre bajé el menú dos euros, de 12 a 10", explica.

M.L.

Juan Luis, junto a una de sus camareras.

La respuesta fue la deseada. Juan Luis empezó 2009 sirviendo 60 menús diarios. No trabaja al mismo ritmo que antes, pero "por lo menos así aguanto el tirón", que se ha convertido en su propósito de año nuevo. También en el de los restaurantes de los alrededores. Por lo que él sabe, "no han subido los precios" con la llegada de enero. Ni él, ni sus vecinos —cuyos menús "oscilan entre los 7 y 15 euros"— han tenido que ofertar los menús anticrisis que tan de moda se han puesto.

Antes de "colgar" el cartel de rebajas, Juan Luis había probado otras fórmulas. "Ofrecí medio menú a ocho euros si se trataba de un primero más postre, y a diez, si era con segundo", cuenta. La táctica no le funcionó. "Ahora por lo menos gano algo de dinero, pero hubo un momento en que no ganaba nada.", asegura. Por suerte no tiene hipoteca, ni hijos, "si no, habría tenido que cerrar el local", relata.

Más medidas

Junto a Juan Luis trabajan otras tres chicas. Una que le echa una mano en la cocina, otra como camarera en la barra y una tercera, en sala. Pero antes eran cuatro. "Tuve que echar a una porque no podía pagarle el sueldo", explica. Según él, todo es culpa del Gobierno, porque "sólo ayuda a los bancos y a las eléctricas, pero no a los pequeños negocios". Está convencido de que si hubiese contado con algún tipo de incentivo, no habría tenido que despedir a nadie.

El Fogón de Dastis abre de ocho de la mañana a cinco de la tarde. "El primer año (éste es el tercero que está abierto) no cerraba hasta tarde, pero no venía nadie. Por eso me decidí por este horario", dice Juan Luis. Aún así, no ha renunciado del todo a las noches. Desde junio alquila el local para eventos nocturnos y organiza cenas de grupos cerrados. "Fue una idea que puse en marcha a través de internet cuando empezó la crisis", explica este empresario, que se afana en buscar medidas para hacer frente a esta coyuntura.

El siguiente plan para contraatacar serán los desayunos. A las 10:00 de la mañana, de las 17 mesas que hay en el local, sólo hay una ocupada y dos personas en la barra. La solución pasará por hacer ofertas también a primera hora del día. "Estamos estudiando la posibilidad de dar un desayuno gratis por cada cinco", explica. Cualquier estrategia vale en una época en la que hay que "aguantar y no ganar dinero" hasta que todo vuelva a la normalidad.

M.L.

Los precios del menú bajaron dos euros.

¿Te afecta la crisis? Si tú también tienes una historia que contarnos, escríbenos aquí.