¿Es posible evitar los ERE? Algunos luchan por ello

GUADALAJARA.-  ¿Cuál es la mejor fórmula para evitar despidos masivos? Eso se preguntan cada vez más a menudo los representantes sindicales de muchas empresas. Si ya es difícil conseguir mejoras en tiempos de bonanza, aún lo es más en plena crisis. "Ahora no podemos luchar por conseguir buenos salarios, es más importante salvar empleos", explica José Tomás, representante sindical de una empresa de pinturas desde hace seis años. Su labor se ha complicado, y mucho, en los últimos meses.

Con su mujer Ana.

"Muchas compañías se están aprovechando de la crisis para hacer limpias en sus plantillas y reducir salarios, y el margen de negociación que nos queda a los representantes sindicales es muy pequeño", comenta José. Además, su trabajo tiene un problema añadido, y es que —nos explica— "no todos los compañeros entienden los acuerdos a los que se llega con la empresa, aunque vayan encaminados a evitar despidos".

En su caso, el grupo para el que trabaja ha visto considerablemente reducidos sus pedidos en los últimos meses, pues fabrica pinturas para aluminio y carrocerías —dos de los sectores más afectados por la crisis: el inmobiliario y el del automóvil—. Sin embargo, se ha optado por buscar fórmulas alternativas al expediente de regulación de empleo (ERE), negociando una "flexibilización de horarios". Cuando la producción es menos necesaria, la jornada laboral se reduce —generalmente de 40 horas semanales—.

"La compañía nos avisa con un mínimo de 72 horas de que vamos a tener un día o dos libres, como si fueran unas vacaciones pagadas, porque hay menos trabajo. A cambio, nos hemos comprometido a trabajar 35 minutos por cada hora que dejemos de cubrir en estas jornadas cuando aumente la producción", relata José. La pega: que esos 35 minutos no serán remunerados cuando la empresa los reclame.

'Lunes al sol'

La iniciativa ya tiene un nombre 'de guerra'. Entre los trabajadores se conoce a estos días libres como "lunes al sol", en honor a la película del mismo nombre de Fernando León de Aranoa. Y si en 2008 han tenido 7 de estos días, para 2009 está previsto que sean 20 jornadas. Eso sí, la empresa intenta que coincidan con lunes o viernes, para que la gente pueda aprovecharlos.

Además, desde hace tiempo, la directiva de la empresa ha reducido gastos de representación. "Los que viajan, lo hacen en clase turista; para las reuniones internacionales se emplean las videoconferencias; y los jefes de cierto rango tienen los salarios congelados por un año, aunque se llevan un pico por objetivos, si los consiguen", asegura José.

Sin embargo, no todos creen que la cosa esté tan mal como la pintan. "Muchos de mis compañeros no son conscientes de la situación de crisis actual. No se creen que exista la posibilidad de un despido. Piensan que la empresa les ha lanzado un órdago y ya está, que no hace falta prescindir de personal, y que la medida de reducir los días de trabajo para recuperarlos en un futuro sin cobrarlos es una fórmula para no pagar las horas extras. Creen que la crisis ha servido de excusa para pagar menos y explotarlos", comenta este sindicalista.

La realidad es que "el sector está bastante mal —asegura José—. Sabemos que las cosas van a empeorar y habrá que negociar nuevas medidas. En el comité de empresa somos conscientes de que, tarde o temprano, la directiva tendrá que prescindir de parte de la plantilla. Por eso, estamos intentando convencerles de que hagan uso de las prejubilaciones, para las que encontrarían voluntarios. Además, así sería la empresa la que haría el esfuerzo económico, y no nosotros", explica este representante de los trabajadores. El último as en la manga es ofrecerse a coger las vacaciones correspondientes cuando se necesite menos personal, aunque sea en pleno febrero. "Mejor eso que quedarse en el paro, porque cortas meses de cotización", dice José.

Y es que todo vale antes de llegar a los tan temidos ERE. De hecho, a todos los compañeros despreocupados que dicen aquello de "que echen al eventual", José les recomienda que piensen que los siguientes pueden ser ellos. "Una vez que se empieza con los despidos, cualquier puesto corre peligro. Primero echan al eventual, pero después vas tú", sentencia.

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