Carmen Adán apunta el "importante reto" de reconocer el "papel decisivo" de la etapa 0-3 años

Santiago de Compostela.-  La secretaria general de Igualdad, Carmen Adán, puso hoy de manifiesto el "importante reto", aún existente, de reconocer "el papel decisivo" que tiene la educación entre 0-3 años como base para una formación de calidad y para prevenir problemas de desarrollo.

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(EFE)

La secretaria general de Igualdad, Carmen Adán, puso hoy de manifiesto el "importante reto", aún existente, de reconocer "el papel decisivo" que tiene la educación entre 0-3 años como base para una formación de calidad y para prevenir problemas de desarrollo.

Adán, que hoy clausuró en Santiago de Compostela la "Conferencia Internacional de Detección Precoz en las Escuelas Infantiles", subrayó la necesidad de caminar hacia el cambio de "ese modelo reglado y encasillado" que se ha demostrado "no es válido" para una sociedad como la actual.

Por eso, tras este encuentro queda ahora diseñar el camino de definir "por donde se quiere ir en esta etapa educativa y cómo debemos hacerlo".

Puso de manifiesto lo pionero de una iniciativa como el programa "A Tempo", puesto en marcha por Vicepresidencia en 2006, y en el que han participado más de 1.300 familias, 25 escuelas infantiles gallegas y 115 educadores y educadoras.

Un proyecto al que le queda todavía un año por delante, por lo que será a finales de 2009 cuando ofrecerá datos a través de los que será posible identificar mejor las necesidades y aspectos a mejorar, indicó la titular de Igualdad.

Por su parte, Edward Melhuish, director de evaluación nacional de varios proyectos educativos en Reino Unido, puso el acento de su conferencia en esta jornada en la relevancia de contar con una enseñanza preescolar de calidad.

"Si queremos contar con una población con una educación completa y competitiva en un mundo postindustrial necesitamos tener un preescolar de calidad", dijo.

Por eso, demandó más apoyo económico a programas de educación infantil y primaria, en lugar de poner los mayores recursos y dotaciones económicas en la educación más avanzada, ya que todos los estudios demuestran que la inversión en los primeros años es "uno de los mejores capitales con los que puede contar un país desarrollado".

En este sentido subrayó que los trabajos de investigación realizados por su equipo en la última década reflejan que un "preescolar de calidad marca la diferencia en el aprendizaje posterior y eso debería saberlo todo el mundo", añadió.

Otra de las conferenciantes, Liisa Heinamaki, directora del Centro Nacional para la Investigación y el Desarrollo en el Bienestar y la Salud, defendió el modelo finlandés de coordinación entre la Administración educativa y la de bienestar en las etapas infantiles, "porque en esa edad inicial hay que practicar el EDUCARE, educación y cuidado".

Este método, defendido por el país nórdico tiene como objetivo la promoción del bienestar personal y potenciación de las capacidades físicas y sociales de la infancia, de lo que se trata, dijo Heinamaki, es de "impulsar la autonomía del pequeño para que avance en su madurez y no tanto conseguir que sepan contar de 1 a 5 en determinado tiempo y a una edad concreta", explicó.

Heinamaki incidió en las grandes diferencias existentes entre el modelo finlandés y el resto de Europa, ya que las ratios utilizadas en ese país para esta etapa educativa son mucho menores que en otros Estados, estableciendo que haya un adulto por cada siete niños o niñas, proporción que se reduce si se trata de menores de tres años.