Las 0,79 toneladas de CO₂ hasta la cumbre del clima de Poznan

POZNAN (POLONIA).-  Ya estoy en Poznan. Para llegar hasta aquí, he tenido que subirme a un primer avión de 'Polish Airlines' para volar de Madrid a Varsovia y luego a otro más pequeño hasta aterrizar en esta ciudad del centro-oeste de Polonia donde se celebra la decimocuarta cumbre del clima. Traducido en emisiones: unas 0,79 toneladas de CO₂ de mi parte que se han quedado por el camino (por si todavía hay alguien que no lo sepa, éste es uno de los gases a los que se responsabiliza del calentamiento terrestre que ha traído justamente hasta aquí a cerca de 9.000 delegados de más de 180 países).

ampliar foto

Estas 0,79 toneladas son las estimadas por la calculadora de CO₂ de la Fundación Ecología y Desarrollo y la Fundación Natura en función de las escalas y la distancia. Además, este resultado viene acompañado de otro dato: si todos los países reunidos en Poznan aceptasen seguir las indicaciones del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas para recortar las emisiones globales de estos gases en el mundo un 40% en 2020 con respecto a los niveles de 1990, la tasa de emisión anual que correspondería a cada habitante del planeta debería ser para entonces de 1,40 toneladas de CO₂ equivalente. Es decir, yo ya habría cubierto la mitad, y aún me queda el viaje de vuelta.

Por supuesto, éstas son cifras hipotéticas. En el mundo real las emisiones globales están lejos de repartirse de forma igual y equitativa entre todos los habitantes del planeta. Además, lo cierto es que los países reunidos en Polonia todavía no se han puesto de acuerdo sobre cuánto reducir las emisiones a partir del año 2012 en el que termine el primer periodo de acción del Protocolo de Kioto. Quizá ni siquiera lo hagan en Poznan y apuren todavía más el año que queda de plazo hasta la cumbre de Copenhague, el límite marcado para alcanzar un acuerdo internacional con el que evitar que la temperatura media del planeta suba más de dos grados a lo largo de este siglo. Hasta ahora, sólo se han lanzado propuestas o compromisos muy vagos, como los de la UE, que defiende recortar las emisiones globales un 30% en 2020 con respecto a los niveles de 1990.

Con todo, estos cálculos de emisiones muestran algunas cuestiones realmente interesantes La primera es la importancia del transporte aéreo en el calentamiento del planeta. Si hubiera recorrido los más de 2.500 kilómetros hasta Poznan en un coche de gasolina de media cilindrada habría emitido cerca de media tonelada y si hubiera utilizado un tren habrían sido unas 0,067 toneladas (resultados de la calculadora co2calc.co.uk).

La segunda es lo mal que están repartidas estas emisiones en el mundo y la muy diferente responsabilidad de cada habitante del planeta en este cambio climático; una de las cuestiones clave de las negociaciones en Poznan. Según los datos del Carbon Dioxide Information Analysis Center (CDIAC) del Departamento de Energía de EEUU (de 2005), un español emite cerca de siete toneladas de CO₂ anuales, un polaco unas ocho, un francés seis y un alemán 9. Sin embargo, un estadounidense, cuyo país se desmarcó unilateralmente del Protocolo de Kioto, emite unas 20. Por su parte, un kuwaití contribuye con 37 toneladas, un chino con unas 3,8, un brasileño con 1,8, un senegalés con 0,4 y un guineano con 0,1. Mi viaje en avión fueron unas 0,79 toneladas.

Como incide en Poznan, Wael Hmaiden, de la Arab Climate Alliance, ya todo el mundo parece estar de acuerdo en que deben ser los países más desarrollados, los responsables históricos del problema, los que paguen el paso a una economía baja en emisiones de carbono. Ahora bien, ¿se le puede pedir a naciones como China o Brasil que también recorten sus emisiones? ¿Cómo conseguir que Senegal pueda desarrrollarse sin perjudicar la acción global contra el cambio climático? ¿Los países desarrollados deben atender la petición de Kuwait para recibir también ayuda con la que adaptarse a los efectos de la subida del nivel del mar? En definitiva, ¿cómo se deberían repartir las 1,40 toneladas que se supone corresponderían en 2020 a cada ciudadano, si se siguiesen las indicaciones sobre reducción del IPCC?