Qué pasará con los 500.000 nuevos parados estadounidenses

WASHINGTON.-  Estados Unidos despertaba ayer con los peores datos de desempleo desde los años 70: el país acaba de perder más de medio millón de puestos de trabajo sólo en el mes de noviembre. Son ya casi 12 meses de destrucción de empleo, lo que confirma que la crisis que afecta al país comenzó mucho antes de la quiebra de los grandes bancos o Wall Street este verano.

EP (EUROPA PRESS)

El sector automovilístico de EEUU es uno de los más perjudicados por la crisis.

Empezando por la crisis de las hipotecas, que ha hecho que más de dos millones de norteamericanos pierdan la propiedad de sus casas este año, o ciudades enteras que se declaran en bancarrota, como hizo Vallejo (California) el pasado mes de Mayo, las malas cifras se acumulan desde 2007.

Alan Greenspan, antiguo jefe de la Reserva Federal, advertía en marzo que la crisis financiera de Estados Unidos sería juzgada como la peor desde la Segunda Guerra Mundial. Todavía no habían quebrado las grandes aseguradoras ni aparecido los presidentes de las constructoras de automóviles en el Congreso para pedir un préstamo.

Sin embargo, los principales afectados de la crisis, los 36 millones de parados en Estados Unidos (un 12.5 % de la población), no pueden plantarse en el Congreso y pedir "ayudas".

El Gobierno estadounidense sólo otorga ayudas económicas a los desempleados, hasta 26 semanas, en caso de que la pérdida del empleo no sea culpa del trabajador. Los criterios aplicados para recibir esta ayuda dependen según el Estado y van desde un desastre natural así calificado por el presidente, el tipo de puesto de trabajo, el salario, hasta la causa de despido. Además, la ayuda económica sólo llega si el parado demuestra que está buscando empleo "activamente". Según el Departamento de Trabajo, la media recibida por un parado en Estados Unidos ronda los 1200 dólares al mes.

Con motivo de la crisis económica, el presidente electo Barack Obama ha prometido extender estas ayudas, así como implantar medidas para crear dos millones y medio de puestos de trabajo, pero hasta enero los norteamericanos sin empleo tienen que buscar otras ayudas para mantenerse a flote.

Una de estas ayudas son los food stamps o vales de comida. Hasta 28 millones de estadounidenses los necesitarán cuando Obama se mude a la Casa Blanca según la Oficina de Presupuesto del Congreso. La cifra, que incluye casi un millón de menores, supone un récord desde los años 60 en Estados Unidos.

Los vales de comida son otorgados a familias cuyos ingresos rozan el nivel de pobreza. En enero, el 10% de la población estadounidense necesitará ayuda para comer, lo que le costará al Gobierno unos 36 mil millones de dólares. La misma cantidad que están pidiendo General Motors, Chrysler y Ford para no quebrar.

La falta de cultura de ahorro en Estados Unidos, junto con el sistema de créditos e hipotecas, y sumado todo esto a la crisis, hace que una persona pueda pasar en tan sólo unos meses desde tener un puesto de trabajo a perderlo y depender del Gobierno para poder comer.

Los nuevos datos se unen al otro 10% de la población en peligro de perder su casa por no poder pagar la hipoteca, los casi 50 millones de estadounidenses que no tienen acceso a cuidados médicos o los más de dos millones de estudiantes sin hogar.

La crisis económica ya ha sido calificada, entre otras muchas cosas, de "desastre". Los últimos datos anuncian que el desastre sólo lleva camino de empeorar.