¡Menos mal que nos queda Portugal!

La corresponsalía de TVE en Portugal, digo. Después de que la dirección de la televisión pública española intentara cerrarla, por razones imagino que económicas, las luminarias del Ente han tenido que echarse para atrás. "No quiero hacer de portavoz de RTVE", dijo el presidente del Congreso de los Diputados José Bono, que, vaya por Dios, hizo de portavoz de RTVE. "Os puedo anunciar que no se va a cerrar la delegación porque han modificado el criterio si alguna vez habían tomado esa decisión", sentenció fray Maravillas en un intento porque las aguas del Tajo, el Duero y restos de ríos que atraviesan la piel de toro regresaran a sus cauces.

(Fr Antunes (Flickr))

Panorámica de una soleada Lisboa, de donde TVE quería marcharse.

Nada más conocer la noticia salí para Lisboa. Así trabajamos en soitu.es, queridos lectores: de manera ágil, infatigable, sin reparar en gastos. Por tanto escribo esta crónica desde una mesa del café A Brasileira, a ritmo de fado, bajo la influencia del Oporto, inspirado por Pessoa y Eça de Queirós. Y debo confesarles que la experiencia está resultando estremecedora: en Lisboa no se habla de otra cosa. La posibilidad de que TVE cierre su delegación en la capital lusa ocupa las portadas de todos los diarios, invade las tertulias radiofónicas y abre los informativos de televisión. "¡Muera Saramago, vivan los Alcántara!", "Españoles, no se vayan: ¡Invadan Portugal!" rezan, en perfecto castellano, las pancartas que encabezan las manifestaciones que recorren día y noche las calles de la capital lisboeta.

Las relaciones España-Portugal sólo habían vivido un momento tan dramático como éste hace 33 años, cuando Carlos Arias Navarro, último presidente del Gobierno de Franco, aseguró que España estaba dispuesta a ir a la guerra con Portugal si la formación de un Gobierno de izquierdas en Lisboa comenzaba a extender el comunismo. "Si cierra la corresponsalía de TVE debe hacerse lo mismo con la corresponsalía de la televisión pública lusa RTP en Madrid", amenazaron los diputados cristianodemócratas del país vecino. Eso no se lo esperaban Luis Fernández y los suyos.

Como yo, no esperaba que los árboles no nos dejasen ver el bosque. ¿Delegación en Lisboa? Primero deberíamos mejorar los informativos, para que no se repitan casos tan impresentables como el seguimiento en Canal Internacional de los atentados en Bombay. Impresentables, por mal redactadas y confusas, las noticias sobre este tema. Y nefasta la enviada especial que, desde el lugar de los acontecimientos, parece incapaz de ofrecer un dato interesante o actualizado. "No sabemos cómo terminarán las cosas", sentencia a modo de resumen final.

¡Menos mal que nos queda Portugal!