La abeja, la miel, la colmena y apicultor, protagonistas de un museo en Jerez

Jerez de la Frontera (Cádiz).-  La abeja, la miel, la colmena y el trabajo del apicultor se han convertido en los protagonistas de un museo en la localidad gaditana de Jerez de la Frontera, donde desde los más pequeños a los más mayores pueden aprender algo nuevo sobre esta milenaria profesión.

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(EFE)

La abeja, la miel, la colmena y el trabajo del apicultor se han convertido en los protagonistas de un museo en la localidad gaditana de Jerez de la Frontera, donde desde los más pequeños a los más mayores pueden aprender algo nuevo sobre esta milenaria profesión.

Esta iniciativa surgió hace cinco años, cuando una familia de apicultores decidió sacar mayor beneficio a sus instalaciones y crear en ellas un museo de la miel en el que mostrar a los visitantes el "fascinante mundo de la abeja".

Trabajadora, organizada en sociedades jerarquizadas y generadora de multitud de productos apícolas, el secretario de la Cooperativa Campo Museo de la Miel, José Manuel García, asegura que la abeja es una "gran desconocida".

Gracias a este museo, el visitante puede aprender que la creación de la apicultura se relaciona con el mítico rey Gárgoris de Tartesos, que el vapor con el que rocían los apicultores a las abejas antes de acercarse a la colmena las deja "adormiladas" o que el polen se considera el alimento más completo que existe en la naturaleza.

De entrada gratuita, este museo cuenta con una sala de exposiciones, otra de proyecciones, una biblioteca y un amplio terreno al que han acudido más de 15.000 niños en visitas escolares, que entran con miedo y al final se quieren llevar una abeja de mascota a casa.

Para que los más pequeños se familiaricen con el mundo de la abeja, las animadores les muestran polen, miel y cera, además les invitan a olerla y tocarla, ya que aseguran que utilizar sus sentidos es la mejor manera de que no olviden la gran cantidad de información que reciben en ese día.

Con este mismo objetivo, los niños podrán probar la miel directamente extraída de la colmena, una práctica que favorece las encías y estimula los bronquios.

Para García es fundamental que los más pequeños prueben durante su visita tantos tipos de mieles como sea posible, de modo que comprendan la importancia que tienen este alimento en su dieta y la gran variedad de la que pueden disponer, a fin de que se conviertan en consumidores habituales de productos tan beneficiosos como los apícolas.

De hecho, venden ocho tipos de mieles diferentes -de mil flores, de azahar, de encina, de romero, de eucalipto, de madroño, en panal y con frutos secos-, obtenida de las 1.700 colmenas con las que cuenta esta cooperativa que se encuentran agrupadas en 40 colmenares de la sierra y los montes de la provincia de Cádiz.

Además, ofrece otros productos apícolas como la meloja -postre tradicional elaborado a base de miel-, el propóleo -mezcla de resinas, ceras, aceites esenciales y polen recogidos por las abejas- y la jalea real -alimento hecho de néctar y polen que es recogido y masticado por las abejas obreras y que es segregado por las glándulas faringeas para alimentar a la abeja reina-.

Para convertir el rancho en un museo, esta cooperativa contó con una subvención Proder de Andalucía por valor de 51.432 euros, que fueron destinados a la adquisición del equipo y el material necesario, así como a la implantación de energías alternativas, con el objetivo de consolidar "un recurso de ocio y tiempo libre alternativo visible por todo tipo de población".