Una vuelta por la Feria del Libro y sus curiosos alrededores

FRÁNCFORT (ALEMANIA).-  Con todos los ojos puestos sobre las nuevas tecnologías, que invitan al lector a abandonar los clásicos libros, se inauguró la Feria del libro de Fráncfort. El debate ha comenzado y la mayoría de los expositores siguen hablando de este tema por más que digan que esta polémica la han comenzado los productores de estas nuevas tecnologías. Algunos dicen que desde hace más de diez años se habla de lo mismo en esta feria, pero aún no se ha producido ningún gran cambio.

FRANK RUMPENHORST (EFE)

Un hombre coloca libros en un expositor de la Feria del Libro de Fráncfort.

Pero nosotros no hemos venido a participar del debate, sino a dar una vuelta por las instalaciones del recinto que es de lo más moderno que hay en la ciudad y alberga las ferias más importantes del continente europeo o del mundo, como es el caso de la del libro. Y, ya que hemos venido hasta aquí, a explorar un poco la zona, que tiene fama de ser una de las más interesantes de Fráncfort.

Pero empecemos por los alrededores. Para eso tenemos que comenzar por el barrio de Bochenheim. Este distrito histórico se caracteriza por ser el barrio de la universidad. Con más 35.000 matriculados es una de las universidades más grandes de Alemania. En este barrio los universitarios han hecho de la Calle Leipziger (Leipzigerstraße) su punto de encuentro debido a que está plagada de negocios, restaurantes y bares, como el emblemático café y teatro punk «Excess» o el café Extrablatt, que está en la entrada de la universidad. A pesar de estar al lado del centro financiero, en Bockenheim, más que hombres de negocios con trajes costosos, lo que más encontramos por sus calles son jóvenes estudiantes y muchas bicicletas estacionadas por todos los rincones. También diversos mercadillos que se instalan por todas partes cualquier día de la semana.

A cinco minutos de la universidad, justo al lado de la feria, nos encontramos con el Frankfurt Festhalle, el lugar de los grandes conciertos y espectáculos. Construido hace ya cien años, éste es el escenario más importante de la ciudad y tiene capacidad para unas 12.000 personas.

Junto a este lugar se encuentra la entrada principal de la feria, a la cual se puede llegar en metro o tranvía desde cualquier punto de la ciudad. Al lado de la entrada se puede observar uno de los edificios más altos de la ciudad: La Messeturm (Torre de la feria), que con sus 257 metros de altura en su momento llegó a ser el edificio más grande de Europa. En la parte posterior hay otra entrada a la que solo se llega desde la estación del tren construida exclusivamente para el recinto. La distancia no es mucha, ya que la feria está prácticamente ubicada en el centro de la ciudad, por lo que para llegar hacen falta solo cinco minutos desde la estación central de trenes.

A pesar de que la feria no está todavía abierta al público, todos sus pasillos y pabellones están llenos y resulta muy difícil movilizarse. Más de 7000 expositores entre editorales, escritores, agentes literarios, etc., se dan cita en esta feria que tiene como invitado a Turquía y a Orhan Pamuk como figura principal de su literatura. El próximo año el invitado será China y ya se está pensando habilitar más pabellones por el elevado número de expositores que se espera. Es tanta la gente que hay por todos lados, que más que disfrutar de los libros, lo que hacemos es observar toda la industria que hay alrededor de estos. Y es que, a pesar de la crisis y las nuevas tecnologías, los libros aún son un buen negocio para algunos.