Guante pálido

Hoy voy a hablarles de 'Guante Blanco', la serie que estrena hoy TVE. Y lo voy a hacer pese a que a la hora en que se emite, me estaré comiendo un chuletón con unos amigos. Tranquilos. No se trata de un nuevo caso de crítica-ficción, como aquel del comentarista de música clásica de un conocido diario madrileño que, sin pisar la sala de conciertos, escribió sobre la "poderosa voz de la soprano" y la "perfecta conjunción de la orquesta". Ignoraba, pobre, que por una enfermedad de la soprano habían sustituido el espectáculo previsto por la actuación de un trío de cuerda.

(rtve.es)

Carlos Hipólito interpreta a Bernardo Valle, el inspector de policía que protagoniza la serie.

Me zamparé la chuleta de buey con la conciencia tranquila, la frente alta y el trabajo hecho: ya he visto la serie, horas antes de que se estrene en televisión, gracias a la web de TVE. Una gran ventaja para mí, puesto que me evita escribir en horarios nocturnos y tragarme la publicidad. Y una gran ventaja para el telespectador, puesto que le evita tragarse la publicidad.

Vistas en el ordenador, las series españolas de ficción encogen. Ya sé que es difícil, puesto que se trata de productos diminutos. Pero encogen, se lo aseguro. Eso pasa con 'Guante blanco', que pierde brillo, píxeles, y se va quedando pálida a medida que pasan los minutos.

'Guante Blanco' es una ficción de carácter policiaco que cuenta, como habrán adivinado por el título, la historia de unos ladrones finos, de esos que ni llevan baldeos, ni apechugan con recortadas. ¿Notarios, abogados y banqueros? No, por favor: chorizos de élite pero sensibles, especializados en arte, joyas, bonos del estado, sellos, coches de lujo... También cuenta otra historia paralela, la de los policías que, de manera obsesiva y con el inspector Valle al frente, tratan de capturarles. Los actores son dignos, el guión del primer capítulo podría tener su gracia... pero después de un arranque intenso (el robo perfecto) se va disolviendo como un azucarillo. Suenan unas musiquillas, las melodías amorfas que nos indican que el producto podía estar mucho más cuidado, y el ritmo comienza a decaer a la misma velocidad que mi interés como telespectador.

El problema puede estar en la mezcla de familia y trabajo. Las vidas privadas del jefe de la Policía y del líder de los ladrones tienen un enorme protagonismo en la serie. Son historias paralelas que seguramente se utilizan, por cotidianas, para hacer la ficción más humana y próxima. Que si la hija de uno está embarazada, que si discuto con la parienta, que si mi hijo es un rebelde, que si no hay diálogo en la pareja. No me gusta este recurso. En televisión prefiero las tramas policiacas directas, tipo CSI, con su arranque, nudo y desenlace a toda velocidad. Pocas concesiones a los sentimientos, mucha tensión detectivesca.

Un motivo para no ver la televisión

Samuel James.
Cd: Songs Famed for Sorrow and Joy.
Northerblues Music

Hasta hace unos días no sabía que existía Samuel James. Ya es uno de mis bluesman de cabecera. Toca blues rural, acústico, de ese que puede ser suave como el algodón recién cortado o violento como una crecida de Misisipi. Este 'Songs Famed for Sorrow and Joy', su primer disco, no es fácil de encontrar. Una joya densa que nos hace retroceder más de medio siglo en el mundo de las seis cuerdas.