Francia auxilia a sus bancos con un paquete de 360.000 millones de euros

París.-  El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, anunció hoy un conjunto de medidas destinadas a auxiliar al mercado bancario, el más afectado por la crisis financiera, y garantizó que el Estado no permitirá que ninguna entidad entre en quiebra al tiempo que reactivará el sistema crediticio.

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(EFE)

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, durante la rueda de prensa que ofreció hoy tras el Consejo de Ministros extraordinario que se celebró en París.

Hasta 360.000 millones de euros ha previsto el Gobierno francés para reactivar el mercado financiero y evitar la desaparición de bancos mediante la nacionalización parcial de los que se vean más afectados por las turbulencias.

El paquete de medidas está en línea con lo acordado la víspera por los jefes de Estado y de Gobierno del Eurogrupo reunidos en París para dar una respuesta común a la crisis financiera.

Su anuncio coincide con otros similares de otras capitales del Viejo Continente, lo que permitió a Sarkozy asegurar que la "Europa unida ha hecho más que Estados Unidos" para paliar la crisis financiera.

Sarkozy aseguró que Francia afrontará el compromiso adquirido con el resto de los países de la zona euro.

El presidente galo puso sobre la mesa la garantía estatal para reactivar el mercado crediticio, moroso en los últimos meses porque los bancos prefieren quedarse con sus fondos antes que prestárselos a otras entidades.

El Estado garantizará los préstamos nuevos de hasta cinco años de duración que adquieran los bancos antes del 31 de diciembre de 2009. Para ello ha previsto un paquete financiero máximo de 320.000 millones de euros, una cifra a la que, según Sarkozy, no se llegará.

Esta medida sólo tendrá un coste para el erario público en caso de que un banco entre en bancarrota y no pueda hacer frente al préstamo, señaló Sarkozy.

En caso contrario, las arcas públicas saldrán beneficiadas porque el Estado cobrará comisiones a los bancos.

El presidente francés también comprometió al Estado en el rescate de las entidades financieras que puedan caer en bancarrota. París entrará en el capital de estos bancos, cambiará a su dirección y conservará las acciones hasta que pase la crisis y pueda venderlas y recuperar, al menos, el dinero invertido.

Un segundo método que, según el presidente, no costará al contribuyente y que, incluso, puede dejar beneficios en las arcas públicas.

París ya ha recurrido a este método de salvación de bancos, cuando junto con Bélgica y Suiza acudió al rescate de Dexia.

El plan francés no tendrá coste para los contribuyentes, pero sí para los bancos que se acojan al mismo. El Estado cobrará "a precio de mercado" comisiones por la garantía de los préstamos, dijo Sarkozy.

"Se trata de socorrer a entidades que se encuentran en dificultades por su mala gestión y que han tomado riesgos descontrolados", afirmó el presidente para justificar este cobro.

Además, los bancos que se acojan al plan deberán adoptar ciertas prácticas y condiciones, como la limitación de la remuneración de sus dirigentes o la obligatoriedad de financiar a particulares, empresas y entidades locales.

"Con estas medidas esperamos poner fin a la crisis de confianza y evitar a los franceses el coste desorbitado que tendría una crisis del sistema bancario. No serían los bancos los más afectados, serían los franceses, sus ahorros y sus empleos", afirmó.

El Consejo de Ministros no se centró sólo en auxiliar al mercado financiero, sino que estudiará medidas para atenuar los efectos de la crisis en los hogares franceses y en las pymes.

Más allá de las consecuencias de la crisis, Sarkozy espera que esta sea superada para, por un lado, pedir cuentas a los responsables de las turbulencias internacionales y, de otro, "refundar el capitalismo".

"Queremos un capitalismo de emprendedores", afirmó el presidente francés, que en las próximas semanas propondrá una cumbre del G8 y de los países emergentes para poner las bases del nuevo sistema.

Una vez que el plan dé sus frutos y el sistema financiero recobre la confianza, Sarkozy se comprometió a buscar a los culpables.