Madrid dice adiós a un elemento ya mítico de su paisaje urbano: los hombres anuncio. Según el Ayuntamiento, al frente del cual se encuentra Alberto Ruíz Gallardón, este trabajo "ataca la dignidad de la persona". A partir de ahora ejercer esta actividad será considerado como una "infracción muy grave", que podría ser multada hasta con 3.000 euros. También estarán prohibidos los carteles de neón y el reparto de octavillas. Hay opiniones para todos los gustos. Muchos, se ponen en la piel de los trabajadores. "Es un trabajo decente". Pero, ¿qué harán ahora?