Los anuncios del TBO

Revisando unos antiguos tebeos, concretamente unos Tío Vivo de hace más de 30 años, nos hemos topado con unos anuncios que han llamado poderosamente nuestra atención. Anuncios muy peculiares para una revista infantil que a la vista de la legislación actual, muy posiblemente estarían prohibidos.

ampliar foto

Como se pueden imaginar, nosotros somos niños de tebeos. Nada de consolas, poca televisión y mucho Mortadelo, Zipi y Zape, Super Humor, Pumbys, Jaimitos, TBO...

Recientemente, revisando uno de esos antiguos ejemplares de Tío Vivo nos reencontramos, además de con parte de nuestra infancia, con algunos anuncios que en el pasado nos parecieron lo más normal del mundo y que hoy nos han sorprendido, y mucho.

Hablamos concretamente de dos de ellos: uno de la academia de cursos por correspondencia CCC y otro, también de cursos, esta vez de mecánico de helicópteros y aviones, nada menos, que, muy posiblemente, incurrirían en más de una ilegalidad a la vista de la legislación actual.

En el primero podemos encontrar, además de unos útiles consejos de autodefensa imprescindibles para cualquier urbanita moderno, un montón de cursos que pueden «seguirse con Discos y también con Cassettes» desde la comodidad del hogar.

ampliar foto

Una oferta que abarca desde las lenguas más comunes en el mundo actual hasta el Vascuence (que no euskera, ojo, que el ejemplar es de 1971) y el Latín, sin olvidar otras disciplinas como la Formación de Escolanías, Detective Privado, La Mujer y su Casa, Vendedor Detallista o, lo que interesará a nuestros lectores: Redacción Comercial y Publicidad, mucho antes de que estas profesiones ni siquiera soñasen con ser considerados estudios universitarios.

Como decía Miguel Ángel Bañuelos al despedir (no en el sentido laboral sino en el más afectuoso) a Fernando Herrero por su reciente marcha de Tiempo BBDO Madrid, aún hay una serie de publicitarios "que pertenecen a una raza en periodo de extinción, la que convirtió a un oficio de vendedores de espacio –básicamente esquelas y clasificados– en una profesión que mueve el 3% del PIB de este país".

La verdad es que, a la vista de estos mensajes comerciales, Bañuelos tiene toda la razón. Para redactar anuncios como el de "¿Quiere ser mecánico de aviación?" por correspondencia más que estudiar cinco años de carrera, lo necesario es ser un publicitario de raza, con mucha imaginación, desparpajo, años de profesión y, si nos permiten el comentario, hasta un poco de cara dura. De hecho no nos extraña que el anuncio esté ubicado junto a una sección titulada "Humor Tropical".