La salida de la ministra de Transporte abre la remodelación prevista por Brown para recuperar autoridad

LONDRES.-  La renuncia por motivos personales de la ministra de Transportes británica, Ruth Kelly, abre la vía para la transformación del Gobierno de Gordon Brown mediante una inminente remodelación con la que el primer ministro espera recuperar su autoridad, tras la deriva sufrida en sus 15 meses en el cargo y con el balón de oxígeno que le ha supuesto su intervención de ayer en el Congreso anual del Partido Laborista.

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Reuters (EUROPA PRESS)

La renuncia por motivos personales de la ministra de Transportes británica, Ruth Kelly, abre la vía para la transformación del Gobierno de Gordon Brown mediante una inminente remodelación con la que el primer ministro espera recuperar su autoridad, tras la deriva sufrida en sus 15 meses en el cargo y con el balón de oxígeno que le ha supuesto su intervención de ayer en el Congreso anual del Partido Laborista.

Una jornada después de obtener un aprobado general con un discurso en el que advirtió de que los actuales tiempos de convulsión "no son para novatos", Brown ha tenido que enfrentarse hoy a la dimisión de Kelly, cuya intención de abandonar el Gabinete conocía desde mayo, pero a quien pidió que se mantuviese hasta que acometiese una reestructuración del Ejecutivo que ahora se espera para la próxima semana.

En este sentido, tanto Kelly en el cónclave laborista que se cierra hoy, como el mandatario en las entrevistas concedidas antes de partir a Estados Unidos para participar en una cumbre económica, incidieron en que la salida de la ministra no guarda relación por un virtual descontento con la dirección política, sino que responde a su interés de pasar más tiempo con sus cuatro hijos, quienes nacieron después de 1997, año en que su madre inició su trayectoria como parlamentaria.

Además, la marcha de la titular de Transportes, con la que ya se había especulado en el primer trimestre de año por su oposición como ferviente católica a la Ley de Fertilización Embrionaria, amplía el margen de maniobra de Brown para la remodelación de Gobierno con la que se especula desde el pasado verano y que se considera como una de las últimas decisiones drásticas para reconducir la suerte del Laborismo y recuperarse de los 20 puntos de distancia que las encuestas lo sitúan del Partido Conservador.

Sin embargo, uno de los movimientos que se venía apuntando en los últimos meses, el intercambio de carteras entre el ministro de Hacienda, Alistair Darling, y el de Asuntos Exteriores, David Miliband, parece haber quedado descartado, según los analistas, debido a las suspicacias que podría despertar cualquier cambio que conlleve a Miliband, considerado uno de los virtuales relevos de Brown y quien, pese a expresarle su apoyo, no ha querido descartarse para asumir las riendas del Laborismo.

PERDEDOR

Al respecto, el ministro de Exteriores ha quedado como el perdedor del Congreso que concluye hoy en Manchester debido a una incesante actividad y presencia mediática por la que la prensa británica lo ha reflejado como un candidato en espera que no puede refrenar su ansias sucesorias. Una imagen de deslealtad que podría acarrear consecuencias para Miliband, quien habría contado hace semanas con posibilidades de mudarse al número 11 de Downing Street --residencia del responsable del Tesoro-- como parte de una estrategia de aparente promoción que permitiese al primer ministro atarlo en corto.

No obstante, esta posibilidad ha sido desestimada, según medios próximos al Gobierno, que apuntan que los cambios en el Tesoro llevarían al frente al actual titular de Infancia, Escuelas y Familias, Ed Balls, fiel aliado de Brown, y conducirían a Alistair Darling hasta el Ministerio de Interior, cuya responsable vigente, Jacqui Smith, se encargaría del departamento que actualmente dirige Balls.

El primer ministro confía en que la remodelación le permita transmitir una imagen de eficacia ante una opinión pública ampliamente desencantada ante la acción del Gobierno, si bien deberá afinar los movimientos, puesto que el consenso general asume que esta primera reestructuración tras su toma de posesión en junio de 2007 debería ser la última antes de las generales, previstas para mayo de 2010.

DETALLES

Los detalles se darían a conocer la próxima semana, una vez finalizado el Congreso anual del Partido Conservador que comienza el domingo, si bien algunos diarios como 'The Times' aseguran que podrían difundirse este mismo viernes. Con todo, fuentes próximas a Brown trasladaron la pasada noche a los medios de comunicación que todavía no se había marcado ningún plazo.

Aparte, otros cambios seguros afectarían al responsable de mantener la disciplina del partido, Geoff Hoon, quien dejaría el Gobierno para sustituir a Peter Mandelson como comisario europeo de Comercio, tras la reunión que ambos mantuvieron la pasada semana en Bruselas para analizar el cargo. No obstante, la partida de Hoon implicaría la arriesgada celebración de elecciones parciales en la circunscripción de Ashfield, una de las áreas del interior más vulnerables actualmente para la suerte de los laboristas.

Asimismo, otros nombres que podrían ver modificadas sus responsabilidades son los del secretario de Estado de Emigración e Inmigración, Liam Byrne; del ministro para Irlanda del Norte, Shaun Woodward; y del ministro para Europa, Jim Murphy; quienes se verían promocionados en el nuevo Gabinete.