Antonini Wilson, el "hombre del maletín", testificará esta semana en el juicio

Miami (EE.UU.).-  El testigo estrella de la Fiscalía Federal de EE.UU. en el "caso del maletín", Guido Alejandro Antonini Wilson, subirá al estrado esta semana cuando se reanude el juicio contra el empresario Franklin Durán, acusado de ser agente del Gobierno de Venezuela para encubrir el escándalo.

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(EFE)

Antonini, un empresario venezolano-estadounidense, portaba el famoso maletín con 800.000 dólares que se sospecha que eran para la campaña electoral de la actual presidente de Argentina, Cristina Fernández.

Antonini, un empresario venezolano-estadounidense, portaba el famoso maletín con 800.000 dólares que se sospecha que eran para la campaña electoral de la actual presidente de Argentina, Cristina Fernández, y que procedían del Gobierno de Venezuela, encabezado por Hugo Chávez.

Las autoridades argentinas decomisaron el maletín a Antonini en un aeropuerto de Buenos Aires, en agosto del 2007, cuando aterrizó en un avión en el que viajaban funcionarios de la empresa estatal Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA).

El juicio contra Durán, el único de los cinco acusados en el caso que se ha declarado inocente, se reanudará el próximo miércoles ya que los lunes la jueza Joan Lenard realiza otras actividades extrajudiciales y mañana, martes, uno de los doce jurados titulares debe asistir a un funeral.

Es posible que Antonini, quien no afronta cargos, testifique el jueves o viernes, una vez que concluya el testimonio de Moisés Maiónica, otro de los acusados en el caso.

Edward Shohat, defensor de Durán, dijo a los periodistas el viernes que iba a continuara interrogando a Maiónica "tal vez durante dos días".

Antonini, de 41 años, decidió contarle todo a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), pese a la fuerte presión que ejercieron sobre él Durán y Carlos Kauffmann, otro de los acusados, para que guardara silencio sobre el origen y destino del maletín.

Además de suministrarle su versión de los hechos al FBI, Antonini grabó las conversaciones que sostuvo con Durán, Maiónica, Kauffmann y el abogado argentino Guillermo Ledesma, a quien contactaron para que lo defendiera en Argentina.

Las grabaciones forman parte de las pruebas de la Fiscalía Federal en contra de Durán, acusado de dos cargos por conspirar y actuar como agente del Gobierno venezolano para ocultar el origen y destino del dinero.

El testigo estrella de la Fiscalía Federal afirma en una de esas grabaciones que el maletín no le pertenecía y Durán le previene de que debe evitar decir que se lo entregó el argentino Claudio Uberti, que dirigía el organismo de control de concesiones viales de Argentina y fue cesado a raíz de este escándalo.

"Yo fui un pasajero que le echaron una vaina (...) Yo fui un pasajero que recostaron una maleta", dijo Antonini a Durán en una reunión en un restaurante en Miami, el 23 de agosto de 2007.

"Esa plata no es mía, yo cargué la maleta", reiteró.

El fiscal estadounidense Thomas Mulvihill espera con el testimonio de Antonini demoler la tesis del abogado de Durán de que éste sólo estaba tratando de ayudar a su socio y amigo para que contratara a un letrado y se defendiera en Argentina.

Shohat, además, ha intentado presentar a su cliente como un empresario que se involucró en el caso porque temía perder los negocios que mantiene con PDVSA y con agencias gubernamentales de Venezuela.

Otra de las armas que tiene el fiscal son trece casos de corrupción en los que pueden estar involucrados Durán y Kauffmann en Venezuela al pagar miles de dólares en sobornos y comisiones a funcionarios de alto rango y militares venezolanos para obtener contratos.

La juez Lenard aún no se ha pronunciado en torno a esa moción del fiscal, que la presentó con el argumento de que son pruebas de los "malos actos" de Durán, pero ha dicho durante el juicio que decidirá si acepta o no sólo tres de los trece casos de corrupción.

En el documento presentado por el Fiscal se indica que Durán y Kauffman conspiraron con cuatro funcionarios del ministerio de Finanzas de Venezuela y pagaron un soborno de 23,8 millones de dólares para ejecutar una operación de reestructuración de deuda a cambio de bonos por la que pueden haber ganado más de 100 millones de dólares.