Tarragona recuperará las bóvedas originales de su anfiteatro romano

Tarragona.-  El ayuntamiento de Tarragona iniciará a finales de año los trabajos de restauración para recuperar las bóvedas originales del anfiteatro romano, construido a principios del siglo II dC y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

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(EFE)

Vista del anfiteatro romano de Tarragona, del siglo II d.C., en el que se acometerá la segunda fase de las obras de restauración a finales de año.

Esta actuación se enmarca en la segunda fase de restauración del anfiteatro, un monumento que completa la trilogía de edificios de espectáculos (teatro, circo y anfiteatro) distintivos de una ciudad romana de primer nivel, capital de una de las provincias imperiales.

Según ha explicado en rueda de prensa la teniente de alcalde de Patrimonio del Ayuntamiento de Tarragona, Rosa Rossell, los trabajos arqueológicos supondrán una inversión de unos 145.000 euros, de los que 100.000 los aportará el Ministerio de Cultura.

La actuación, que tiene una duración prevista de tres meses, se iniciará a finales de este año o a principios del próximo, una vez concluya el proyecto ejecutivo y se liciten las obras.

La zona donde se actuará es la parte inferior de las bóvedas de cañón de la grada, la parte "más antigua" que se conserva del anfiteatro y cuyo estado de salud es "delicado", tal y como ha reconocido el arqueólogo municipal, Joan Menchón.

Las gradas del anfiteatro, un edificio de planta elíptica de 130 por 102 metros que describe un área central (arena) donde se desarrollaban los juegos, se construyeron recortando la roca en el lado norte y apoyándolas sobre bóvedas en el resto del edificio.

Cuando concluya el proceso de restauración y de consolidación estructural de estas bóvedas de cañón, que dan al mar, "se abrirá la posibilidad de acceder a la arena desde su interior" y de entrar en el anfiteatro desde la costa, ha destacado el arquitecto responsable de la actuación, Miquel Balcells.

Mientras duren los trabajos no se prevé el cierre al público del anfiteatro, aunque se continuará restringiendo el acceso a la arena.

En un plazo de unos cinco años, el objetivo del ayuntamiento de Tarragona es abrir las 'fossae' (fosas), donde actualmente se registran inundaciones cuando llueve, y cubrirlas con maderas, como se hacía en la época romana.

En estas fosas que cortan la arena se descubrió una pintura mural dedicada a Némesis, que se encuentra expuesta en el Museo Arqueológico de Tarragona, y la intención del área de Patrimonio es instalar una copia en esta zona, ha señalado Rossell.

Además, están en proceso de licitación las obras de adecuación para convertir el parque de las Granotes, situado junto al anfiteatro, en un jardín romano.

"En cuatro o cinco años el entorno del anfiteatro será muy distinto al actual", ha insistido Rossell.

El año pasado ya se ejecutó la primera fase de las obras, que consistió en asegurar el muro de contención del Vial de Bryan, unos trabajos arqueológicos realizados de emergencia por la empresa Cota 64 después de los desprendimientos de tierras que se produjeron en 2005.

Los terrenos en los que se trabajó entonces estaban cubiertos por toneladas de escombros de unas casas derribadas durante la Guerra Civil que "se desmoronaban", por lo que fue necesaria su consolidación, según Balcells.