La oposición ocupa por primera vez la Presidencia de la Asamblea Nacional de Zimbabue

Harare.-  La oposición en Zimbabue consiguió hoy, por primera vez desde la independencia del país en 1980, la Presidencia de la Asamblea Nacional, lo que supone un duro revés político para el presidente zimbabuense, Robert Mugabe.

El secretario del Parlamento, Austin Zvoma, confirmó que el diputado Lovemore Moyo, de la facción mayoritaria del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), obtuvo 110 de los 209 votos emitidos para hacerse con la presidencia de la Asamblea.

Moyo fue elegido después de que los diputados juraran sus cargos, cinco meses después de que se celebraran los comicios legislativos, y tras la detención esta mañana a las puertas del Parlamento de dos legisladores electos del MDC, Shuah Mudiwa y Eliah Jembere.

Mudiwa fue posteriormente puesto en libertad y pudo jurar su cargo.

La Policía intentó detener también en la puerta de la Cámara a Elton Mangoma, diputado y uno de los negociadores del MDC en las conversaciones con el Gobierno para formar un Ejecutivo de unidad nacional, pero éste fue ayudado por otros compañeros de partido que impidieron que se lo llevaran.

La presidencia de la legislatura zimbabuense es uno de los cargos más importantes en la política nacional en momentos en que crecen las dudas acerca de si el MDC y la gubernamental Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF) acordarán la formación de un gobierno de unidad que permita sacar al país de la crisis en que se encuentra.

El portavoz oficial del MDC, Nelson Chamisa, afirmó que la detención de los parlamentarios demuestra que la ZANU-PF "no se toma en serio la conversaciones".

"Evidentemente, la ZANU-PF ha elegido el camino de la arrogancia y la toma unilateral de decisiones, lo que constituye un duro golpe a la confianza en las conversaciones", añadió Chamisa.

Las negociaciones entre la ZANU-PF y el MDC se encuentran estancadas debido a que Mugabe y el líder de la facción mayoritaria del partido opositor, Morgan Tsvangirai, no han logrado ponerse de acuerdo en quien de los dos encabezará el Ejecutivo en un eventual gobierno de unidad.

En las elecciones legislativas del 29 de marzo pasado, la facción del MDC de Tsvangirai obtuvo 100 de los 210 escaños de la Asamblea, la ZANU-PF 99 y el sector del partido opositor encabezado por Arthur Mutambara logró 10, mientras que un candidato independiente ganó el puesto restante.

Tsvangirai derrotó a Mugabe en las elecciones presidenciales celebradas el mismo día que las legislativas, pero al no obtener una mayoría directa de más del 50 por ciento de los votos, tuvo que aceptar una segunda vuelta.

La segunda ronda se celebró el 27 de junio, pero Tsvangirai se retiró una semana antes debido a los ataques contra sus seguidores por parte de milicias leales a Mugabe, quien obtuvo en esa ocasión más del 80 por ciento de los votos.

La comunidad internacional no reconoció este resultado y la Unión Africana (UA) presionó a Mugabe para que estableciera conversaciones con el MDC con vistas a un Gobierno de unidad, que saque al país de la profunda crisis política y económica en que se encuentra desde principios de siglo.

Tsvangirai quiere ser el Primer Ministro con poderes ejecutivos y que Mugabe conserve la Presidencia -que se convertirá en un cargo ceremonial- y también el control de las Fuerzas Armadas Zimbabuenses, pero éste ha rechazado la propuesta y se niega a abandonar el poder, que ocupa ininterrumpidamente desde hace 28 años.

Mugabe intenta inaugurar oficialmente el Parlamento mañana, martes, pese a las protestas del MDC, que si bien no se opuso a que los diputados juraran sus cargos, afirma que la decisión de convocar a la Cámara no cuenta con el consenso de todas las partes involucradas en las negociaciones.

La actuación por consenso forma parte del Memorándum de Entendimiento firmado por las partes el 21 de julio pasado y que abrió el camino a las negociaciones para formar un gobierno conjunto.

La cláusula 9 del documento indica que mientras duren las conversaciones las partes se comprometen a no tomar ninguna decisión o medida de forma unilateral, incluidas la convocatoria del Parlamento o la formación de un nuevo Gobierno.