La "resurrección" de Juan Bautista y el liderazgo de Perera, lo más notable

San Sebastián.-  No fueron los que más trofeos cortaron, pero sí los que más poso dejan en la Semana Grande recién concluida, el francés Juan Bautista, "resucitado" con dos faenas de extraordinaria dimensión artística, técnica y valor, y el inapelable triunfo del infalible Miguel Ángel Perera, pleno también en todo.

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(EFE)

El diestro Julián López "El Juli", con tres orejas cortadas en dos comparecencias y con la única Puerta Grande de la feria, se ha alzado como el triunfador numérico de la recién concluida Semana Grande donostiarra.

A Bautista le falló la espada después de cuajar la más rotunda labor de las que se han desarrollado en la Feria, de capote y muleta, y así y todo en ésta se llevo un trofeo. Y otro más en el siguiente toro, diferentes aquí toro y torero, éste sin embargo con las mismas pretensiones y capacidad para resolver en triunfo.

De Perera destacó su forma de "arrear" en sus dos toros -uno bueno y otro más apagado del buen encierro de Victoriano del Río-, su ambición, dominio y torería, el planteamiento y la ejecución de sus dos faenas, de mucha seguridad y firmeza, de extraordinario empaque y majestuosidad. Se llevó sólo una oreja por un desarme (en realidad fue un pisotón del toro a la muleta, de tanto como la bajaba), que le quitó ambiente en la petición de trofeos. Al otro no lo mató con contundencia.

El ciclo tiene más nombres sobresalientes, como "El Juli", primero por número de trofeos, tres en dos tardes. Fue el único en cortar las dos orejas de un mismo toro, y por tanto la única Puerta Grande de la Feria según estipula el reglamento vasco. Lució poderoso y con torería en ese astado del doble trofeo, un "jandilla" que aportó a la faena tanto como el torero. Otra oreja para "El Juli" en su segunda comparecencia, motivado sin duda por la rivalidad que supone este año hacer el paseíllo al lado de Perera.

Dos orejas, una en cada toro, "El Cid", la tarde de un insustancial mano a mano que libró con un apagado Julio Aparicio. Al menos "El Cid" supo defender su categoría de torero poderoso con dos buenos toros, sobre todo su primero, de Valdefresno.

También "El Fandi" sumó una y una oreja en dos faenas muy diferentes. Sus argumentos de siempre en el primero, es decir, variado con el capote, portentoso con las banderillas y prácticamente nulo con la muleta. Y sorprendentemente muy de verdad, valiente y con recursos en el otro. No es tan malo el granadino como aparenta por su corte bullicioso.

El grupo de los de una oreja lo encabeza Ponce, que estropeó con la espada su mejor faena en la primera de las dos actuaciones que tuvo. Trasteo de mucho temple y gran estética a un toro importante del buen encierro de "El Ventorrillo". La faena del trofeo ya no tuvo tanta entidad, en la corrida del día siguiente, a un torito de Núñez del Cuvillo. Lo raro de Ponce es que hizo el segundo paseíllo para sustituir a José Tomás, cuya sombra ayudó mucho al lleno. Fue la mejor entrada de la feria aún sin acabarse "el papel".

Castella se llevó un trofeo lo que se dice por los pelos, irregular en el toro del triunfo, que fue bueno y del Ventorrillo, y más perdido en el otro, más complicado. El debutante Daniel Luque cayó bien en su debut, la tarde del viernes 15 -sustituía al lesionado Cayetano Rivera-, con una dura corrida del Tajo y de la Reina, en la que estuvo dispuesto y con maneras, aunque a su triunfo de una oreja le faltó cierta redondez.

"El Fundi" y Diego Urdiales, dos valientes a carta cabal, cortaron una oreja cada uno. El primero de ellos, maestro como nadie, se las vio con dos toros muy exigentes de Cebada Gago. Y el riojano algo parecido, se arrimó mucho y con cabeza, la tarde de "los victorinos". Una pena que debieron haber cortado los dos una oreja más. Al "Fundi" se la quitó el presidente, y a Urdiales la espada.

Barrera acarició el triunfo con una notable faena sin rúbrica con la espada. Padilla se justificó con el lote menos propicio de Cebada. Y con "los cebadas", Fandiño, valiente pero espeso de ideas. De Aparicio, mejor pasar por alto. A "Morante" le traicionó la espada tras dejar buenos chispazos. "Finito", a medias, tuvo fogonazos de buen toreo, pero muy despegado. Gallo y Manzanares pasaron entre luces y sombras. Y Liria en el adiós a esta plaza, y Ferrera, desdibujados.

Hermoso de Mendoza, el único rejoneador en la feria, actuó en dos mixtas, y estuvo sólo correcto, y sin suerte al matar.

La feria ha tenido una laguna importante: la gente ha ido a Illumbe menos que ningún año.