Los montes de la región gozan de buena salud, según la Comunidad

Cercedilla.-  Los índices de contaminación por CO2 o azufre en la atmósfera no están afectando a las masas forestales madrileñas, que gozan de buena salud, según se desprende del seguimiento que desde 2001 efectúan los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente en montes de la región.

ampliar foto

(EFE)

Los índices de contaminación por CO2 o azufre en la atmósfera no están afectando a las masas forestales madrileñas, que gozan de buena salud, según se desprende del seguimiento que desde 2001 efectúan los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente en montes de la región.

El director general de Evaluación Ambiental, José Trigueros, ha hecho esta afirmación en la visita que ha realizado a una de las 98 parcelas que forman la red de seguimiento de evaluación sanitaria de las masas forestales puesta en marcha por la Consejería de Medio Ambiente para controlar la salud de los bosques madrileños.

"La salud de nuestros bosques está más influida por el cambio de clima, en cuanto a temperatura, que por posibles índices de contaminación", ha añadido.

No obstante, ha apuntado, "tendrán que pasar 20 o 30 años para que verdaderamente se puedan sacar conclusiones".

La parcela visitada por Trigueros está situada junto a la conocida como Pradera de Navarrulaque, en Cercedilla, donde ha seguido de primera mano las explicaciones de los técnicos sobre el control de los niveles de contaminación por CO2 o azufre, evolución de plagas y enfermedades forestales en el valle de la Fuenfría.

Esta red es representativa de las diferentes masas forestales y ecosistemas que se dan en el territorio regional, de forma que se han establecido 98 parcelas, que es la cifra proporcional a las especies forestales que se dan en la Comunidad, ente pinares, encinares o alamedas, ha explicado el técnico Manuel de Dios.

En cada parcela se identifica cómo está cada ejemplar en aspectos como coloración, defoliación o de dimensiones de tronco y copa o su altura, así como los daños que pueda tener y se evalúan cada año, a partir de lo cual se saca una media de cómo está la parcela y, de ahí, con el paso de los años, como evoluciona cada una.

También, desde hace tres años se estableció en las 12 parcelas existentes de pinares, instalar una red de dosímetros para valorar la contaminación ambiental -tanto arrastrada por el aire como la lluvia-, en este tipo de masa forestal, que permite conocer qué niveles de contaminantes hay en cada zona.

En cuanto a plagas, para luchar contra la procesionaria se han instalado este año 4.670 trampas de feromona en 65 montes de 43 municipios, pudiendo controlar así su población en una superficie de 20.000 hectáreas y evitar la necesidad de utilizar tratamientos más agresivos con los pinos en un periodo de 5 a 7 años.